jueves, 30 de abril de 2015

Una selección, no de fútbol, sino de los principales pensadores contemporáneos...

La necesidad de ir actualizando la discusión teórica nos lleva a ir  investigando a los autores que sirven de referencias al pensamiento social del siglo XXI.  Sin embargo, la posición periférica de Chile- en particular- y Latinoamericana -en general-, nos complica aun mas para conocer lo que hoy está en discusión.
Esta "posición" produce otro problema.  Los autores latinoamericanos nos son especialmente desconocidos para nosotros los chilenos, e inclusive los autores nacionales también lo son.  Vivimos, en términos académicos, más conectados con los centros reflexivos europeos que con los de nuestros vecinos.  Para superar el primero de estas encrucijadas es que proponemos esta "selección" de los pensadores actuales globales.  En una próxima entrada ordenaremos los pensadores latinoamericanos.
Se han seleccionado 21 autores, de los cuales solo 3 son mujeres, lo que demuestra que en términos intelectuales estamos lejos de alcanzar una igualdad de reconocimiento académico.  En términos de países son: 1 polaco, 1 esloveno, 1 italiano, 1 inglés, 1 finlandés, 1 español, 1 argentino,  1 danesa, 3 estadounidenses, 4 alemanes y 6 franceses. Resumiendo 17 europeos y 4 americanos.

Para la reunión de tales nombre se utilizó como referencia el libro Sociología de Giddens (en su quinta edición) y complementado con lecturas actuales. Como criterio se utilizó que estuviesen vivos al 2014, que su fecha de nacimiento no fuera inferior a 1940, y sino que al menos estuvieran activos intelectualmente con escritos actuales.
Detalle que salta a la vista, el autor más joven es apenas Sub 50.  Claramente, la renovación con una nueva generación de intelectuales es un vacío gigante.  Explicaciones para la alta edad de estos autores es una cuestión compleja de resolver.  Algunos autores -como Giddens- son superventas en el mercado de textos académicos, eso quizás sea un elemento desmotivador para ir aumentando la lista con pensadores más jóvenes, siempre que las editoriales tienen como primera decisión el  margen de ganancia. Otro factor podría ser el idioma, pues en Chile no leemos los autores en su propio idiomay eso nos obliga a esperar las traducciones, demorando el proceso de reconocimiento de los autores más noveles. 




Sin más, he aquí el listado:
  1. Zigmunt Bauman
  2. Elizabeth Beck
  3. Ulrich Beck
  4. Luc Boltanski
  5.  Judith Butler
  6. Manuel Castells
  7. Francois Dubet
  8. Anthony Giddens
  9. Pekka Himanen
  10. Ernesto Laclau
  11. Bruno Latour
  12. David Le Breton
  13. Claus Offe
  14. Erik Olin Wright
  15. Jeremy Rifkin
  16. George Ritzer
  17. Saskia Sassen
  18. Loic Wacquant
  19. Gianni Vattimo
  20. Michel Wieviorka
  21. Slavoj Zizek
Monty Phyton: International Philosofy football
Columna: Eduardo Galeano el intelectual y el futbol

martes, 28 de abril de 2015

Sociología latinoamerica: Julio Godio (1939 - 2011)

Fue un sociólogo e historiador argentino, especialista en Sociología del trabajo y de los movimientos obreros y sindicales.
Estudió filosofía, sociología y economía en la Universidad de la Plata, destacando en investigación y en una intensa actividad periodística.



Fue un infatigable escritor, muy productivo.  Entre sus obras destacan:
El movimiento obrero argentino (1880 - 1990).
El mundo en que vivimos.
Sociología del trabajo y la política.
La sociedad del trabajo: una utopía realizable.

Historia del Movimiento Obrero Argentino. Tomo 2.
Entrevista a Julio Godio.
Programa frente a todos

Sociología latinoamericana: Ernesto Laclau (1935 - 2014)

Teórico político argentino frecuentemente vinculad con el pensamiento post-marxista.  En su juventud fue ayudante del sociologo Gino Germani y posteriormente creador de la materia Historia Social en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Su texto más conocido, Hegemonia y estrategia socialista -escrito junto a Chantal Mouffe es considerado por algunos como fundacional para el pensamiento postmarxista.



Entre sus obras destacadas:
Hegemonía y estrategia socialista.
La razón populista.
Debates y combates.
Misticismo, retórica y política



Libro: Hegemonía y estrategia socialista
Libro: La razón populista
Diario La nación (Argentina)

Sociología Latinoamericana: Octavio Ianni (1926 -2004)

Octavio Ianni fue un destacado sociólogo brasileño, que en las ultimas décadas se hizo conocido por sus análisis y criticas a la globalización.  Perteneció a los primeros grupos de sociólogos brasileños formados bajo la influencia de Florestan Fernandes en la Universidad de Sao Paulo,demostrando un estilo particularmente critico.
Antes de sus estudios sobre globalización escribió sobre el populismo y el imperialismo.
"Ianni se dedicó intensamente a los problemas de la globalización, y sus textos cobraron importancia dentro de Brasil pero también en los demás países de la región. Debe subrayarse que Ianni ha sido un pionero en el estudio y la crítica de la globalización; sin duda lo fue en América Latina ya que ofrecía agudos análisis desde fines de la década de 1980, lo que a su vez certifica que también lo fue a nivel internacional, en tanto en aquellos tiempos la temática de la globalización apenas comenzaba a constituirse" (Eduardo Gudynas)


Entre sus libros se destacan:
  • A Sociedade Global
  • Teoría de la Globalización
  • La era del globalismo
  • Enigmas de la modernidad-mundo.

lunes, 13 de abril de 2015

Perdidos en la noche

Polémica ha causado en las redes sociales el personaje central de la miniserie "Pérdidos en la noche" de TVN.  Aparece un Daniel Zamudio más "real", más común y corriente, más parecido a otros jóvenes de su edad, menos heroico que el de las noticias o el de los discursos parlamentarios para promulgar la ley antidiscriminación.
En esencia, ha significado bajarle del cielo estrellado, vuelto humano a regresado a parecernos desagradable, a lo menos incómodo, porque lo vemos como nuestros prejuicios quieren que lo veamos, un "queer", un desviado.
Patricio Hidalgo desde Quinto Poder nos dice, "Quienes quieren negar la humanidad de Daniel (constituida, como todos, por sus debilidades e imperfecciones) para proteger su imagen, no entienden la potencia de lo que su nombre significa, que es precisamente lo contrario: no importa tu imagen, tu biografía, tu identidad, a la hora de defender tu derecho a ser como quieras ser".

En el caso de Daniel, a partir de su humanidad no aceptada, lo hemos deshumanizado. Le despojamos de su ser.  Casi lo hacemos responsable de lo que le paso, "eso le paso porque se lo andaba buscando".  Siendo así no sólo los cuatro chicos que lo atacaron serían los culpables, sino la sociedad chilena en general se ha hecho cómplice en su violencia homofóbica. 
Este ejercicio descalificador ha sido estudio desde las Ciencias Sociales y los Estudios de Género para resolver la interrogante, ¿por qué la sociedad necesita de injuriar al distinto? ¿por qué la "mayoría" necesita vilipendiar a las "minorías"?.  Las respuestas han sido variadas.  Por una parte aparece el concepto de Heteronormatividad, asociando a las normas sociales de la cultura patriarcal,  o sea, el sentido de la norma protege las conductas heterosexuales y recrimina toda otra conducta sexual.  En segundo término, podemos destacar la visión performativa del género, o dicho de forma más simple "Ser hombres" o "Ser mujeres" es una fabricación producto de la cultura y la historia.
En las redes sociales se puede ver la discusión de si lo ocurrido fue un crimen de odio, parece difícil no serlo. Es que el reflejo del espejo de lo social nos devuelve una imagen horrorosa, tal como el retrato de Dorian Grey, mientras él disfruta de un rostro fresco y alegre, su yo interior vil y bellaco se refleja en la pintura.  Así el Chile profundo no es aquel invento de una sociedad solidaria o ejemplo de democracia, sino una sociedad embrutecida por prejuicios arcaicos, que demonizan a los que no son iguales a la "mayoría", donde los casos de femicidios no son pocos y de cada tanto mueren jóvenes por no ser lo esperado.
Según Movilh Joven en su Encuesta sobre educación sexual y discriminación 2012 nos plantea que "el 39 por ciento ha conocido de casos concretos de discriminación hacia la diversidad sexual. Por último, sólo el 33,2 reporta que “siempre (12%) o a veces (21.2%)” se sanciona a los responsables de los atropellos".
Desde la sociología estos cambios y desajustes no son ninguna novedad, son propios de los ires y venires de complejas transformaciones culturales propias de la globalización.  La modernización económica -especialmente la apertura comercial- obliga a cierta pluralidad cultural para invitarnos al consumo diverso.  Sin embargo, los grupos más conservadores reaccionan en muchos casos con inusitada virulencia como lo grafica el discurso trasnochado del Pastor Soto hacia la homosexualidad. 

En un país donde toda lucha que reivindique lo colectivo es sinónimo de comunismo, las luchas sociales del Chile actual son a partir de la individualidad, lo privado y la intimidad.  Es cosa de revisar los proyectos emblemáticos de reformas sociales (Acuerdo de unión civil, aborto terapéutico y una reforma educacional más bien orientada hacia las personas que un proyecto país). Visto así la lucha por la libertad sexual es una lucha revolucionaria.  Pues al asumir el poder que implica la sexualidad, implica asumir ese poder para transformarlo en autonomía y autodeterminación, así mismo implica una apertura social en una sociedad culturalmente provinciana y pacata.   Pareciera que todo tema de cambios culturales pasa por dar importancia a la educación, pero no cualquiera sino una educación para la diversidad.

lunes, 6 de abril de 2015

Del adultocentrismo al niñocentrismo, o como los adultos se vuelven niños.


Me he propuesto realizar esta reflexión no desde una mirada moralizante, sino analítica.  Cuando se habla de familia se toca el espacio de mayor intimidad de los seres humanos y por lo tanto estamos ante sentires más sensibles que de lo común.  Es que desde los primeros teóricos de la sociedad en forma continua se ha dado por entender a la familia como la base de la sociedad.
De lo que aquí se trata es de tematizar la lógica que constituye familia, la fuerza que atrae a sus componentes, le otorga roles y funciones.  Diremos que hasta hoy esa lógica predominante ha sido la "Adultocentrista", o sea un tipo de sociedad y de familia centrada en las necesidades y creencias de los adultos, con un sesgo excluyente hacia el mundo de los niños y en su peor faceta, autoritaria, abusiva y violenta.
Para definir ese tipo de patrón de relación social familiar, partiremos estableciendo los dos elementos que la constituyen los adultos y los niños. Un organismo es reconocido como "adulto" en tanto es capaz de reproducirse; en un sentido humano eso conlleva una diversidad de aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales, jurídicos, etc.  En las sociedades tradicionales, rituales específicos marcaban el momento cuando el niño se convertía en adulto; eso en la actualidad se marca con el termino de la educación media, el servicio militar en los hombres, el poder trabajar sin el consentimiento de los padres, etc.  En cambio, para el concepto "niño" se encuentran varias definiciones donde en un sentido legal se relaciona con la Convención de los Derechos del Niño (1990), y en un sentido general se refiere a aquella persona que aún no ha alcanzado un grado de madurez suficiente para tener autonomía. O sea, que todo dependería de que se entiende por autónomo en cada cultura y momento histórico.  En el mundo actual, y con una más amplia incorporación de jóvenes a la educación superior se vive un proceso de "moratoria social", que conlleva que los hijos estén más años en la casa de sus padres.
En segundo término diremos que en el Adultocentrismo, los padres se ven obligados a construirse a sí mismos como expertos en crianza y en niños, en personas sabelotodo y capaces de todo, algo así como una mezcla de profeta y héroe, resumidos en el estereotipo del patriarca o la matriarca. Y esos padres -sobreexigidos- deben ser capaces de cumplir las expectativas de sus propios padres, que juegan a volver a tratarlos como niños que descubren el mundo (de ser padres).
La postura adulto-céntrica no se limita a la familia, las instituciones sociales como la escuela toma la misma actitud y los profesores interpretan con habitualidad el rol de padres y madres  autoritarios.  En el campo educativo por más reformas que se le han realizado aun no se supera el sesgo adultocentrista.  Y ni que decir del Estado, la policía, el ejército, la justicia donde la figura del "padre castigador" esta siempre omnipresente.  Revisar como las instituciones sociales de nuestra "democracia" actúan como ente castigador daría para largo, y lo que aquí deseamos es centrarnos en la familia.
Diremos entonces que este adultocentrismo en la familia pareciera venir de antaño desde la constitución de la familia extensa y nuclear.  Es cierto que esta última, con su movilidad social y geográfica (propia del sistema capitalista), posee una dinámica mucho más flexible y adaptativa, sin embargo no hay que engañarse, el rol del adulto es incuestionable y sagrado.  En la sociedad occidental se dio por presentar al niño como un minusválido, alguien carente que solo con los años lograría la completitud, momento que no sería otro que el de convertirse en adulto, a ese ritual tan característico de la mayoría de edad.  Esto significo que hasta los años 60 del siglo pasado, las posibilidades de participación de los niños era muy limitada y en algunas culturas nula.  Para las familias latinoamericanas, donde el machismo estaba muy presente, significaba que comían antes que los adultos, debían acostarse temprano y para adaptarse al rol de adultos ya antes de la adolescencia se debía comenzar a trabajar para comprender el rigor de lo que aquello implicaba.
En las ultimas décadas eso ha ido en retroceso, y que bueno que dicho autoritarismo se va en retirada.  Sin embargo se da un fenómeno opuesto, que aquí habremos de llamar niñocentrismo -a falta de otro concepto- y que pareciera ser propia de un estilo de crianza culposo en relación al rol de la "autoridad" dentro de la familia. Son padres y madres que titubean a la hora de tomar decisiones por sus hijos y en casos extremos invitan a sus hijos a que las tomen, aunque solo posean escasos años de vida.  De tanta restricción social pasamos a un paradigma familiar del "dejar hacer", que en el peor de sus rostros cae en la negligencia parental.



En principio este fenómeno de corte cultural podría deberse a la disminución sistemática de los niños en la vida social, por lo que la crianza de infantes se vuelve más cercana y dialogante.  Como el número de niños en la familia es menor la concentración de la crianza se vuelve mayor y ahí pareciera que esta la tentación de dejar al niño que haga lo que quiera como demostración de cariño.  Esto puede tomar dos caminos, uno activo  y otro pasivo.  En el primero, el adulto activamente promueve que el niño tome decisiones desde muy corta edad y se le recompensa con un acceso al consumo de bienes en edad muy precoz, así los infantes son vestidos como adultos y se les refuerza la cuestión del gusto (colores, modelos y marcas de las cosas).  En la forma pasiva, los padres no intervienen demasiado y dejan hacer dejándolos libres de responsabilidades domésticas para que puedan disfrutar de su edad, no es extraño que este laissez faire los lleve a cometer errores que los involucren en problemas, que por falta de control no se constate por ejemplo los avances académicos en la escuela.
El paso de una sociedad adultocentrista a una sociedad niñocentrista pareciera vinculado a cambios culturales mayores vividos en el mundo actual hoy usualmente llamamos posmodernidad, o sea, esto implica cambios en algunos de los patrones culturales como son la ruptura con el deber-ser y la moralidad estricta, el tránsito hacia  el hedonismo y relajo moral.  Bien podrían estar vinculados esas transformaciones con los cambios que vive la familia, desde el autoritarismo del mundo adulto, hacia un mundo de infancia sin guía ni apoyo.
Se debe reconocer que la responsabilidad de los padres es ineludible, se puede buscar construir relaciones basadas en el amor hacia los hijos, sin embargo en dicha relación siempre se es padre y es por ello que debemos cuidar y educar a los niños.  Eso no implica volver a invitar a la violencia en las relaciones padre-hijo, adulto-infante; sino más bien, luego del aprendizaje obtenido de la sociedad adulto-céntrica se debe valorar que la crianza es un proceso y que como tal se va transformando a sí misma.

Las necesidad de los niños cambian, y no es lo mismo educar a un infante que a un adolescente, los espacios para la autonomía deben ir creciendo, pero es vital en los primeros años que el niño aprenda a confiar en que sus padres estarán para ayudarlo a levantarse cuando caiga. El invertir el juego de relaciones verticales de la sociedad adulto-céntrica por otras relaciones verticales en la sociedad niño-céntrica es un error.  La solución pasa por construir un tipo de relación que busca con los años hacerse cada día un poco más horizontal, así cuando el adolescente se convierta en adulto caminara al lado de sus padres en total autonomía y autodeterminación.

Superando el adultocentrismo (UNICEF)
Children see. Children Do.

domingo, 5 de abril de 2015

Breve historia de la Teoría Social clásica de la Familia

Al acercarnos al origen mismo de una Sociología de la familia, debemos ir directamente al fundador -a lo menos en el plano teórico- de la Sociología.  Este personaje es Auguste Comte (1798 - 1857) quien señala como la institución fundamental de la sociedad a la familia. Es así, como en el cuerpo social se identifican tres niveles los cuales son, el individuo, la familia y la sociedad propiamente tal.

El sociólogo argentino Alfredo Poviña nos dice sobre el pensamiento del padre de la sociología, que "para él, la familia forma parte de la Estática Social, al estudiar el tema, dijimos que Comte no hace otra cosa que continuar por las huellas que le marcara Aristóteles.  Por eso, sostiene que la familia es la verdadera unidad social, y que de ella nace directamente la sociedad", agrega además que "según Comte, es un grupo pequeño que está unido naturalmente por el afecto, y que lleva en sí la facultad de perpetuarse.  La familia es como la célula para el organismo".

En el pensamiento comtiano podemos constatar ese enfoque organicista tan propio de los autores positivistas y de los evolucionistas donde la familia es la unidad básica.  Así mismo -y en un sentido muy actual- es uno de los primeros en hablar de crisis familiar.

"Cuando el estado social se encuentra profundamente alterado, la disolución penetra, en alguna medida, hasta la constitución domestica, como se ve hoy con demasiada frecuencia". (Auguste Comte).



 En un sentido parecido, pero desde las filas del conservadurismo católico,  Louis Gabriel De Bonald (1754 -1840) destaca el rol de la familia. El género humano nace gracias a la familia y continua gracias a ella, o sea si se reduce a una familia, bastaría para reconstruir toda la sociedad. En un análisis más fino toda familia está compuesta a lo menos de tres individuos (el padre, la madre y el hijo) cada uno de ellos con sus funciones esenciales y propias dentro de la familia (Alfredo Poviña).  Asimismo preocupado por el divorcio, luchó contra éste, él cual consideraba un "veneno revolucionario".

Por otra parte, Fréderic Le Play (1806 - 1882) no solo se conforma con reconocer la importancia de la familia desde una perspectiva teórica, sino que propone una metodología sociológica particular para ello, la monografía familiar.  Esta se dedica a estudiar los diversos aspectos de la vida familiar con énfasis en aquellos económicos. Es así que se dedica a estudiar un tipo de familia en particular, la familia obrera.  En sus investigaciones propone que estudiar a la familia obrera es tomar el pulso a la vida social.  A partir de ello, da una clasificación de tipos de familias que él denomina Patriarcal, Inestable (o sea, la familia obrera) y Raíz.


En los tres autores se ve un pensamiento conservador y contrarrevolucionario.  En Comte, apoyado por el cientificismo positivista y en De Bonald por el tradicionalismo católico.   De dichas ideas se puede extraer la postura de que la familia es la unidad base de la sociedad -o sea si se altera la familia se alterará a la sociedad toda y viceversa-, y la visión de una temprana crisis de la familia para ambos autores son productos de los rápidos cambios que ocurren con la Revolución Francesa. En Le Play se reconoce el esfuerzo de ir hacia lo empírico a partir de la observación minuciosa de los fenómenos sociales según un esquema unitario, demostrado en su obra Los obreros europeos.