jueves, 18 de junio de 2020

¿Qué hacer con los héroes en el mundo posmoderno?


“I follow the Moskva
Down to Gorky Park
Listening to the wind of change
An August summer night
Soldiers passing by
Listening to the wind of change”.
(Wind of change, Grupo Scorpions).

La repetida esencialización (o monumentalización) de ese “origen” -la que puede rastrearse en la gráfica de los textos escolares, en la cartografía estatutaria de cada Alameda, en la señalética callejera de cada ciudad- plantea, sin embargo, algunas dudas.  Problemas de no poco fondo, ya que, al monumentalizar el “origen” portaliano, deteniendo el tiempo en la fase constructiva 1829 – 1860, se anula el proceso histórico posterior.  No se asume, por ejemplo su vida adulta, su madurez.  -Tampoco su envejecimiento.  Ni su esclerotización y la muerte.  Esencializar -embelleciendo- el origen, equivale a deshistorizar el conjunto, y a esconder el retrato realmente histórico de Dorian Grey, con todos sus cambios, deformaciones y fealdades.
(Mercaderes, empresarios y capitalistas.  Gabriel Salazar)

                Toda sociedad se construye así misma con un mito fundacional.  Y todo mito se articula a partir de una narrativa donde los Hombres y Mujeres de una era dorada nos otorgan las herramientas para seguir construyéndonos a partir de dicho momento edénico.  Conocido es el caso de los mitos fundacionales de Roma.  Dos hermanos alimentados por una loba llegan a ser los “fundadores” y su propio drama cósmico -el desafío de Remo al surco construido por Rómulo y el castigo de Rómulo- a su hermano marcarían la identidad romana.
                Las sociedades modernas no están ajenas a la construcción de este tipo de mitos de origen.  Los revolucionarios franceses desarrollaron toda una simbología para distanciarse de los emblemas monárquicos.  Y con los años sus personajes fueron entronizados como héroes al constituir su propio Panteón nacional. 
                Los monumentos a los héroes tan propios del origen y desarrollo de los Estados Nacionales que se articulan en el espacio público funcionan como simbolismo del orden de la burguesía triunfante.  Es el dominio del espacio de la ciudad, un nuevo orden civico.  Ciudad y Civilización, todo en uno.
                    Sin embargo, dicha monumentalidad se encuentra muy lejos de sus días de gloria.  Los personajes que publicitan dichos espacios han entrado desde hace años en crisis.  Muchos de ellos son tolerados no con poca incomodidad.  En otros casos, el revisionismo histórico los ha condenado al desahucio, y se le ha dado urgencia al hecho de sacarlos de alguna plaza, parque o alameda.  Lo que esta en comentario es tan actual, que los últimos casos ocurridos son de hace un par de semanas.
                En la bahía de Poole, en las costas del sur de Inglaterra, existe una estatua de un General británico, pero no celebra sus glorias militares, sino que lo recuerda  como el fundador del Movimiento Scout por el ya lejano año de 1907.  Dicho monumento se encuentra ahí, como si estuviera mirando la Isla de Brownsea, el lugar donde se desarrolló el primer campamento scout.
                En las últimas semana dicha estatua se ha vuelto muy controvertida dado que la figura de Robert Baden-Powell se ha llenado de acusaciones de todo tipo. Al parecer se relacionaría con la ola de protestas que produjo la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.  ¿Cuál sería la relación entre Baden-Powell y las protestas antirracistas? Que dicho General estuvo en África durante el período colonial participando de varias acciones militares entre ella la Guerra de los Boers.  Desde allí se ha generado una discusión variopinta de ser un colonialista, de haber apoyado a los Nazis, incluso ha sido acusado de pederastia.
¿Black Lives Matter o British History Matters?

                En este contexto, esta vez en Bristol se lanzó una estatua al mar.  La efigie correspondía al comerciante y esclavista Edward Colston y fue derribada el 7 de junio del presente año en el contexto del “Movimiento global Black Lives Matter”.
                Estos hechos no están muy lejos de los hechos ocurridos en Chile en el marco del llamado “Estallido Social” donde las Estatuas de Pedro de Valdivia en Concepción, la del Soldado desconocido en Plaza La Dignidad (rebautizada por los Manifestantes, su nombre anterior era Plaza Italia, aunque en Monumento italiano ya había removido en 1935), la de Teodoro Schmitt y otras fueran derribadas.
                Es que las estatuas con su carga simbólica quedan a merced de los cambios que viven las sociedades, y en la actualidad con tantas crisis hemos presenciado una verdadera ola de cuestionamiento y derribo de monumentos. “Durante las revoluciones, las estatuas son protagonistas.  Y como peones en un tablero de ajedrez, son a menudo las primeras en caer” (CNN en español.  12 de junio de 2016).
                El 15 octubre del 2019, en Rhode Island, Estados Unidos, fue manchada con pintura una estatua de Colón de manos de activistas que acusaron al personaje de “Genocida”.  En noviembre del año pasado fueron varios los monumentos afectados en Chile, cuyo simbolismo se hacia al colonialismo (de los españoles, pero en el caso de Araucanía de colonos alemanes) y también figuras militares como Arturo Prat o Arturo Merino Benítez. En Bolivia por las mismas fechas se derribo una estatua de Hugo Chávez en medio de las revueltas por las elecciones a presidente.  Dicho personaje ya había sido atacado en Venezuela a principios del 2019.  En sisntesís hay un contexto muy amplio de estos “ajustes de cuentas” con la Historia.  No está tan claro que el fenómeno sea de izquierdas o derechas, sino relacionadas con las Historias nacionales.
                Un caso interesante es el vivido en relación con la figura de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, quien con la caída del régimen soviético (1991) cayó literalmente de su pedestal.  Como ya lo hemos dicho con un cambio de régimen los personajes históricos celebrados, sufren el peso del “revisionismo”.  Sin embargo, el caso de Lenin en Ucrania es mucho más tardío donde vuelve a caer en desgracia, pues en el 2015 y en contexto de las hostilidades con Rusia, se da un proceso llamado “descomunización” donde las Estatuas de Lenin y otras figuras asociadas a la era soviética son desterradas, pues recuerdan para Ucrania ese pasado de la URSS, el cual parece que quieren olvidar.

                Cual exorcismo, los rituales carnavalescos de la caída de efigies seguirá rondándonos, pero a diferencia del siglo XIX y el XX, donde se vivencio con fuerza el llamado al “Culto de la personalidad, ¿Cuál es el lugar de los héroes en el mundo posmoderno?
                Visto desde el relativismo tan propio de la Modernidad Liquida, los héroes tienen muy poco para ofrecernos, el individualismo extremo de nuestros tiempos no se condice con figuras humanas tan susceptibles de engañarnos, de ser solo cascara.  En cambio, el consumo nos permite conseguir eres por montones en comics, juguetes y películas que han sido duopolizadas por las empresas DC comics y Marvels.  Ya anteriormente, a estos cambios los he denominado posheroísmo.
¿Para que venerar personas, si puedo consumir y divertirme con las “figuras de acción”?  ¿No es acaso el consumismo otra forma de “venerar” el poder, el carisma o el coraje?  El capitán América, Batman u otros “superhéroes”, sufren de estereotipación, pero poseen la virtud que en términos narrativos sus historias se van actualizando periódicamente a las necesidades de nuevas generaciones de consumidores.  Sólo por indicar un ejemplo, el Hombre murciélago de 1939 no es el mismo del 2020.
Los héroes de la historia nacional en cambio, sufren el envejecimiento del “Orden social” que los configuro como tales y es muy difícil que se actualicen. Sin embargo, ¿qué hacemos ante el vacío simbólico que nos dejan?  Las respuestas seguramente están en los distintos procesos sociales que viven nuestros países y que se encuentran “suspendidos” por la pandemia global, pero de seguro esas heridas se reabrirán cuando esto se supere.   O sea, está por verse.
¿Nacerán nuevos héroes en estos tiempos de crisis? Es posible, de seguro emergerán a lo menos nuevos liderazgos, pero pareciera que monumentalizar sus acciones solo supone cristalizarlos en una verdad que siempre es esquiva.


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