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miércoles, 24 de junio de 2020

Crisis en la cultura occidental

He comenzado la lectura del libro "Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos" de Jared Diamond donde descubrí que uno de los capítulos desarrollados corresponde al análisis de la "Crisis en Chile".  El Dr. Diamond había estado en nuestro país en 1967, y lo que vió y lo que sucedió después -la dictadura de Pinochet- lo invita a reflexionar el caso chileno. Y es que desde los años sesenta las transformaciones en distintas áreas (productivas, políticas, culturales, sociales, etc.) han implicado una diversidad de experimentos modernizadores y los costos de dichos "experimentos" han sido bastante altos.

¿Cómo fue que se incubó en nuestra sociedad una crisis que hoy se vuelve a manifestar -(El llamado "Estallido Social")? Esa es una larga y compleja discusión.

En síntesis, todas estas ideas me hicieron recordar que en el 2009 había escrito un texto sobre la Crisis de la Modernidad como multifactorial. Es un texto sencillo, pero me lleva a reflexionar sobre curso que ha tomado la historia en las dos últimas décadas.  Esto ha ido en aumento, y con la Pandemia global ya no se sabe bien a donde irá a parar.  Por el momento, el pensamiento reflexivo es nuestro cobijo.

 

Crisis en la cultura occidental

Introducción

La Cultura occidental es en gran parte el cimiento del mundo moderno –y postmoderno según como se vea-, su producción cultural ya sea en el derecho, la filosofía, la política, las artes y la técnica se ligan a los últimos 400 años de historia del mundo occidental.

Así mismo, la herencia grecorromana nutre las distintas naciones y a través de los siglos va saliendo de lo estrictamente Europeo. Es la monarquía Española con la conquista de América que lleva el legado a un nuevo continente y rápidamente el mundo no occidental “comienza a serlo”.

Prontamente, las potencias europeas colonizan América, África, Asia y Oceanía llevando consigo su impronta cultural y también su fe. Las grandes riquezas naturales de esos territorios viajan a las metrópolis aumentando la riqueza de los europeos como jamás lo soñaron las civilizaciones de la antigüedad. Los antiguos sueños de conquista de un Alejandro Magno o un Julio César fueron opacados por las campañas bélicas de un Napoleón Bonaparte o un Adolf Hitler. Así el sueño de un mundo ordenado por la razón, donde los filósofos gobernaran se fue deformando hasta hacer que castas industrial-militares se fueran apropiando de las naciones.

Desarrollo

El siglo XX significó el triunfo del mundo occidental, las guerras mundiales y la guerra fría transformó el mundo y doblaron la mano a grandes países orientales, los cuales debieron unirse a la lógica del Capitalismo y las repúblicas de democracia representativa.

Finalmente, un gran proceso cultural ha dado la forma final al orden mundial. Me refiero a la Globalización. El cual si bien ha sido un largo proceso de llevar la cultura occidental a todo el mundo se ha visto acelerado producto de la comunicación satelital y la Internet.

Los valores sociales, culturales y morales han viajado a los distintos rincones de todo el mundo y desde hace décadas las últimas comunidades indígenas más apartadas se han ido incorporando a los modelos eurocéntricos.

Se puede destacar que la Globalización ha tendido a uniformar las diversidades culturales tan propias del mundo hasta el siglo XIX, llevando su sistema político, económico y de creencias.  Veamos estos tres aspectos brevemente.


La Democracia como dictadura de las “mayorías”: El sistema democrático no goza de buena salud de hace décadas, el Estado Nación se ha ido rompiendo por diversos factores –nómbrese aquí a los capitales transnacionales y la crisis económicas cíclicas- ningún país está en condiciones de poder dar un poder real a sus ciudadanos dado el “poder virtual” que poseen los Grandes capitales que imponen a candidatos de turno de acuerdo a fines no tan conocidos por las grandes mayorías. Las dobles agendas de las élites políticas han corrompido nuestros sistemas.  Eso no ha evitado que políticos de las “grandes democracias mundiales” como el Gobierno de George Bush hijo obligara a los países intervenidos en medio oriente a hacerse gobernar por sistemas políticos basados en la “libertad” y la “democracia”.
Hoy en día, las distintas minorías étnicas, etáreas, sexuales y de género dejan a un alto porcentaje de la población no representada. (Un ejemplo en Chile son los jóvenes, como no participan del sistema electoral los que participan representan solo al 60% del electorado potencial).


El Neoliberalismo como la crisis del Capital: A través del Bando Mundial y el Fondo Monetario Mundial todos los países que desean contar con su apoyo económico deben generar políticas liberales. Tanto en sus políticas monetarias como las del mercado del trabajo buscan la flexibilidad propia del “dejar hacer”. Si bien esto suena bien, tenemos actores más adelantados que otros por lo que ni un llamado a la moral y las buenas costumbres (propias de las sociedades burguesas) es útil. Solo recordemos a las grandes cadenas de farmacias que confabulan secretamente en perjuicio directo de los ciudadanos. (con los años se sumaron otras como la de
“los pollos”, y la de “el Confort”).  Los trabajadores no pueden sindicalizarse ni reclamar derechos, por otra parte los gobiernos domestican a través de subsidios y bonos atrayendo clientelas políticas.


La Crisis valórico y la Crisis de la Fe o la Cristiandad como la Religión Universal versus el Racionalismo escéptico: La Razón y la Fe (Cristiana) han luchado desde la ilustración por “liberar” al Hombre, cada uno a través de un complejo sistema de creencias han creído (valga la redundancia de esto) que pueden salvar nuestra alma o a lo menos nuestra existencia. Sin embargo, el vacío del hombre actual demuestra que ni los viejos valores adecuados a versiones bastantes convenientes de las “sagradas escrituras” ni los ateos racionalistas han logrado entregarnos las certezas necesarias en el devenir humano. Más bien, hoy la gente se encuentra  una diversidad de experiencias espirituales a veces por lo demás solo exóticas. Claramente, el momento actual demuestra un giro que comienza a darse en término de creencias ya que la posible existencia de vida en otros planetas complejiza las respuestas simples dadas hasta ahora.


Conclusión

El desgaste del mundo occidental se debe a su propia afán de devorar todo a su alrededor, el hombre moderno europeo se creyó en la necesidad de ir por el mundo llevando sus ideas y valores sin contemplar  siquiera la posibilidad de ajustarlo a los territorios donde fueron. Es cosa de ver a las comunidades pehuenches vivenciando el pentecostalismo, sólo posible gracias a nuestra bien ponderada Globalización.

Pero las continuas crisis de gobernabilidad, el ataque desde el margen de sectores separatistas, dogmáticos y fundamentalistas, los antimodernistas, etc. han demostrado que es imposible un Orden Mundial uniforme sin el poder de las armas. Por más novedosas que sean las modas, los juguetes o los programas de T.V. nadie quiere dejar sus viejas costumbres porque sí. Más falta evidenciar la capacidad de coerción y manipulación para lograrlo, ¿y si se logra a quién beneficia? Podrá este gran castillo de naipes no caerse mientras formamos la nueva Roma, tan iluminada y tan manchada de sangre como la anterior?

La Crisis de la Cultura Occidental para mi está latente en el proyecto posmoderno, que si bien busca liberar al hombre de las garras de la racionalidad extrema y con ajuste a fines, en la práctica nos derivó a un hedonismo e individualismo extremo y nos entrega a las garras del consumo.

La esperanza como siempre está en la alternativa, en los proyectos locales, en lo microorganizacional (a veces en lo comunitario), pero sobre todo en la capacidad de hacer consciente todos esos procesos que intentan mantenernos esclavos de una cultura que a nosotros mismo los chilenos no nos reconoce como occidentales, ¿o no se habían dado cuenta? 


jueves, 25 de junio de 2015

Cuerpos y medios de comunicación



“El cuerpo, moldeado por el contexto social y cultural en el que se sumerge el acto, es ese vector semántico por medio del cual se construye la evidencia de la relación con el mundo: actividades perceptivas, pero también la expresión de los sentimientos, las convenciones de los ritos de los ritos de interacción, gestuales y expresivos, la puesta en escena de la apariencia, los juegos sutiles de la seducción, las técnicas corporales, elentrenamiento físico, la relación con el sufrimiento y el dolor, etc.”  (David Le Breton)

Los medios de comunicación audiovisual tienen una forma muy particular de (re)presentar los cuerpos humanos. Es un cuerpo mediatizado, estructurado a partir de ciertas tomas de cámara, luces de reflectores y maquillajes especializados.  Y no solo aspectos técnicos intervienen en el performance televisivo, además por su connotación social aparecen ciertos prestigios y reconocimiento que separan a dichos cuerpos de la (re)presentación del resto de las personas.  Cierta aura mística se les reconoce en tanto reciben la etiqueta de estrellas[1], lo que simbólicamente los hace “superiores”.
La máxima explotación del cuerpo -como herramienta televisiva del raiting- es en las mujeres las cuales se ajustan por exigencia o autoexigencia a canones de belleza más estrictos que los hombres. Delgadez, vestuario de moda, a veces exhibicionismo, la mayoría de las veces juventud, etc. son los componentes para la construcción de programas televisivos, donde los espacios para personas mayores de 50 años (incluso ya los cuarentones comienza a disminuir) son escasos.
Teleseries y programas de entretenimiento apelan a la figura de una mujer como condición sine qua non. Se trata de destacar  estereotipos fáciles en su representación (fenotipo europeo, delgadez, etc.) sin embargo difíciles de alcanzar y que proyecta cierta exigencia para las mujeres “normales” que no son partes de la televisión.  De cierta forma, la belleza femenina es cercenada, puesta en vitrina y cuantificada para el consumo televisivo y lascivo. Es la pérdida del sentido de unicidad en el cuerpo de la mujer, donde cámara estructura tomadas enfocadas en la formas, en las curvas, deconstruyéndose la persona para dar paso a la parte.  Es tal la actitud “moderna” al cuerpo, que voces disconformes a esta realidad exageradamente sexista son vistas como conservadoras o puritanas, y dichas actitudes no calzan muy bien con el correr del siglo XXI, y se exige en la pantalla chica mostrar piel como condición asumida por el medio.
El culto al cuerpo nos ha acompañado en occidente desde los antiguos griegos, especialmente el cuerpo de la mujer.  Sin embargo, los medios de comunicación de masas, especialmente la televisión y actualmente internet han amplificado este “culto” a la esfera planetaria, moldeando y disciplinando a las personas.  En tiempos de Facebook, las fotografías y videos de personas de la farándula fluyen por el ciberespacio las 24 horas y los 7 días de la semana.  Las redes sociales dan cierto sentido de cercanía con conductores televisivos por lo que los comentarios de las personas ejercen cierta influencia especialmente en los más jóvenes de la TV.  La sobreexposición pronto cobra su cuota y jóvenes mujeres ven pasar sobre su vida verdaderas “tormentas”.
Este culto levanta a personas a categoría de estrellas a actores, comunicadores, deportistas quienes son celebrados y honrados.  Las posibilidades de caer en desgracia son permanentes y como dice el dicho “mientras más alto más grande es la caída”.  Un ejemplo de caída desde el cielo de las estrellas fue el futbolista Arturo Vidal que en plena Copa América choco su automóvil en evidente estado de ebriedad.  A pesar de los múltiples apoyos, la condena fue muy masiva y mediatizada.

Sin embargo el caso del comunicador Jean Philipe Cretton y su polémica barba hípster son un ejemplo de las presiones que existen sobre el cuerpo mediatizado de los “rostros” televisivos[2]. Para cerrar el tema dejamos aquí un testimonio interesante de una de esas mismas figuras planteando su caso por Twitter:
"No debiese ponerme grave con un tema tan - supuestamente - frívolo, pero dada la majadería de algunos pocos, creo que amerita mayor reflexión.
Mi trabajo está en las comunicaciones, por eso, estoy sujeto a que ustedes, con razón lo juzguen y evalúen, porque es público.
Mi pega la hago con cariño, dedicación y pasión.
Cuando usted siente que tiene potestad de decidir como yo debo lucir ante usted, no hace más que relativizar mi trabajo y obligarme a parecer un pedazo de carne acéfalo, estéticamente digerible, para estar en la norma social que usted cree pertinente.
Peleamos por una sociedad más inclusiva, respetuosa y justa. Si usted considera que por aparecer en la tele, no debiese ser como soy y verme como usted manda, entonces, retrocedemos en el tiempo y todas nuestras batallas pierden sentido.
Si mi look no es de su agrado, agradecería reservara sus comentarios, ya que en nada contribuyen a mi realización personal y profesional.
Opinemos menos del resto y preocupémonos de ser mejores.
Con cariño se despide, un barbón tatuado, que da la casualidad, es conductor de programas en televisión"
Las críticas a su imagen "alternativa" en los medios de comunicación

Estudio: "Valor de un rostro" de Adimark GFK


[1] Las etiquetas que reciben estas personas destacadas en los ambientes faranduleros son variadas: “Rostro”, “Figura”, “Estrella”, “Astro” y los un poco más antiguos diva, galán.  En un sentido colectivo se habla en los setentas y ochentas  del “Jet set” y hoy de la “Farándula”.
[2] De una forma sútil Radio Bío-Bío lo plantea como un “atrevimiento” de parte de Jean Philippe Cretton. “La larga barba del comunicador ha despertado todo tipo de comentarios en las redes sociales. Mientras algunos defienden su atrevimiento, otros le piden que la corte.  En un primer momento, el mismo animador se burlaba de su look, incluso publicó una imagen de su antes y después, pero al parecer los comentarios y bromas sobre su imagen dejaron de parecerle graciosos”.

jueves, 18 de junio de 2015

La Batalla por el cuerpo. Consumo, género y poder


“Cuando la confesión no es espontánea ni impuesta por algún imperativo interior, se la arranca; se la descubre en el alma o se la arranca al cuerpo.”
(Michel Foucault)
Nuestra existencia humana es inimaginable sin nuestro cuerpo, y sin embargo durante las experiencias cotidianas demostramos con los actos que tenemos actitudes hacia él que van desde el olvido hasta el desprecio y el odio.  Por ello es que partimos de la idea de una batalla por el cuerpo, el que es un verdadero “champs de bataille”.
El cuerpo no es solo un complejo biológico, sino que además es social. Desde que nacemos el cuerpo en desarrollo es intervenido por la cultura.  Las soluciones a cuestiones tan esenciales como la alimentación o el abrigo varían de sociedad en sociedad y de época en época.  Hablar del cuerpo implicar pensar en la vestimenta, la sexualidad, en los sistemas de castigos, en los trastornos alimenticios o  la joyería, una gama muy amplia de problemáticas y aun así no ha tenido mucha preocupación sobre él en los estudios académicos. Michel Foucault es parte del cambio de enfoque donde el cuerpo se vuelve epicentro de la discusión teórica (“Vigilar y Castigar” e “Historia de la sexualidad”)
Si hacemos un poco de historia no hay que extrañarse que tal descuido pueda historiarse en los orígenes mismos del mundo occidental. Nuestro conocido filósofo griego Platón (427 – 347 a.c.) plantea la existencia de un dualismo (cuerpo y alma) donde el cuerpo es cercano a las necesidades y preocupaciones mundanas y el alma representa lo elevado.  En última instancia el cuerpo actúa como un impedimento del alma, es su cárcel. Esta particular visión platónica del cuerpo es transmitida por la Iglesia católica, que identificará al cuerpo con el pecado.  Esta doctrina evangelizará a América vía conquista-colonia española y portuguesa.
La modernidad como proceso emancipador de las costumbres del pasado, no logra superar las ataduras que represento la Iglesia y sus doctrinas en relación al cuerpo y el pecado.  El Estado asume el disciplinamiento de las masas y los aparatos a cargo de ello son la Escuela y el Ejercito (Althusser).   Habría que agregar que el trabajo también.  O sea que nuestro cuerpo si bien ve disminuida la presión de la Iglesia sobre él, ve aumentados las “estructuras” que lo utilizan como campo de batalla discursivo.
No es extraño ver como los cuerpos son espoloneados en la escuela a través de la gimnasia, en el trabajo por la “racionalidad” de los movimientos (Frederick Taylor, Henry Ford) y en el ejército con las marchas y los entrenamientos.  Quizás la última gran exaltación –no por ello disciplinamiento y control- fueron las concentraciones nazis y las Olimpiadas de Berlín en 1938.  De cierta forma, el mundo posguerra se rebela ante todo esto en sus diversos movimientos sociales.  Una reivindicación actual sobre el derecho a que la mujer decida sobre sí misma en el caso del aborto o la lucha de las minorías sexuales son proclamaciones de cuerpos autónomas más allá del Estado, la Iglesia y otras estructuras de poder.
La batalla no ha finalizado, es muy temprano para pensar que el retroceso de dichos centros de poder no den paso a otras formas de poder, como el mercado (Acoso laboral) o simplemente los pares (recordemos el énfasis microsocial de fenómenos como el bullying, la anorexia, la bulimia,).  Al final, en este mundo llamado  posmoderno por algunos, falto de certidumbres y multiplicado en riesgos, el cuerpo se ve tensionado especialmente por el si-mismo, el ego.  Aquí es donde el consumo, un elemento que la mayoría no identificaría con el control social, disciplina a la masa en sus gustos a partir de la oferta de modas y de estilos accesible para quienes pueden pagar.

La moda, lo sabemos desde los tiempos de George Simmel, son los gustos de la clase alta que permeabilizan a las otras clases sociales.  El acceso a “estar a la moda” tiene un coste monetario y dichos estilos se cristalizan en una puesta en escena a través de los cuerpos.  La lucha de la identidad se expresa en vestuarios, accesorios, marcas que sean visibles para los otros.  En mundo que se mueve a alta velocidad, la “puesta en escena” de la identidad permite conocer al otro sin realmente conocerlo.




martes, 5 de mayo de 2015

La Sociedad del entretenimiento. Los deportes globalizados.

El sábado 2 de mayo se realizó la "pelea del siglo" entre los boxeadores Manny Pacquiao y Floyd Mayweather.  La pelea realizada en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas prometió demasiado para los resultados que se pudieron observar en Chile a través de TVN.
Según lo comentó El Clarín, "De hecho, en Estados Unidos, de la llamada "Pelea del Siglo" ya nadie habla, y si lo hacen es para decir que después de lo que vieron en el cuadrilátero y el dinero que tuvieron que pagar por seguirla a través de la televisión (100 dólares por conexión), se trato del "Robo del Siglo".  Así nuevamente, el deporte se vuelve simple espectáculo -no olvidar la ciudad donde se realizó el enfrentamiento- y queda en deuda con la audiencia planetaria que la siguió.
El problema no está en proyectar vía satelital una pelea de box, hace sólo tres meses se jugó el Super Bowl en New England Patriots y Seattle Seahawks que es el partido final de la temporada.  El partido fue transmitido por NBC para los Estados Unidos y también tienen la señal por cable.  Las cifras por publicidad en el partido fueron millonarias.
No es necesario ir tan lejos, el caso del fútbol chileno también moviliza cuantiosas sumas de dinero.  Los clubes deportivos se transformaron en Sociedades anónimas deportivas hace ya 10 años, a través de la ley 20.019, y se perdió algo más que el nombre.  Las entradas a los partidos han subido de precio y el negocio televisivo del  Canal del Fútbol (CDF) ha ido creciendo.  El aumento de los abonados a CDF premium han aumentado entre el 2003 y 2010 un 1755%, pasando de 30 mil a 540 mil abonados.
Y las cifras aumentan no sólo con las entradas ni abonados a la TV Cable, los sponsors en el camiseta deportivas y el merchandinsing de los "equipos grandes"  hacen del fútbol un buen negocio del entretenimiento.

El capitalismo global ha moldeado las formas en cómo se practica y se observa el deporte y moviliza a las masas a través de las modas.  La moda más actual es la del running y las distintas maratones que se están realizando en Chile, a pesar de las convocatorias multitudinarias en la maratón de Santiago los rendimientos dejan mucho que desear, pero el negocio ¡va bien!

Globalización y creación del Deporte Moderno
CDF: Cómo se reparte el “botín” más preciado del fútbol
El Clarín: La pelea del siglo y de la polémica

viernes, 21 de marzo de 2014

Los medios de comunicación y la (falsa) identidad

Los medios de comunicación actuales tienen la característica de ser masivos, instantáneos y veloces.  Nos traen información desde los más diversos rincones del mundo en una gran gama de plataformas, algunas más democráticas que otras.  Es interesante como nuestra jornada diaria esta la mayor parte acompañada por algún medio de comunicación masivo, o sea los hemos dejado entrar a la intimidad de nuestros hogares o sitios de trabajo y nadie se ha quejado por tal intromisión.
Suelo comprar el diario los fines de semana y leerlo, mientras estoy recostado en mi cama acompañado de mi bebida favorita, el té.  Manipular las hojas de papel ya resultan un deleite, por un cariño a los libros adquirido desde mis primeros años.  La experiencia de leer el diario, por ende, me es muy cómoda y grata.  Se puede decir que con los años se ha convertido en parte de mí.
Como también soy aficionado a la internet, buceo en diversas plataformas noticiosas y voy revisando la información que está disponible.  Sin filtro alguno, internet se convierte en un oceano escabroso para nadar en solitario.  Por ello, se han diseñado rutas que abrevian la experiencia y pasamos de Google, a Youtube o Wikipedia en fracciones de segundos.  El  espacio más actual -Facebook- es la herramienta favorita en Chile y Latinoamérica porque interconecta los espacios anteriores, o sea en mi "Muro" puedo interactuar con motores de búsqueda, reproductores de videos o revistas online.
Esto suena muy bien, porque aparte de comunicarme con los amigos que se encuentran en otras partes puedo literalmente "navegar" por la información.  Eso es bienvenido para un investigador.
Sin embargo, lo que llega a la Red ha sido por lo general filtrado, censurado, manipulado.  Hay muchísima información basura, y también mucha de ella expuesta sin criterio de calidad o cualquier otro.  En este ambiente virtual de hoy crecen los niños y adolescentes de nuestras ciudades, que sin un acompañamiento de adultos (padres o profesores) tienen a su alcance (de un clic) tanta información que puede entregar una magnifica experiencia como una totalmente opuesta.
Más allá de esto, la ideología que subyace a la Internet ("Todo a la distancia de un clic") es profundamente cuestionable.  Creer que dar un "Me gusta" en una pagina modifica la realidad es ingenuo y peor aun inmoviliza a los sujetos en la "realidad real".  Hay quienes actúan como profundos filósofos en la "realidad virtual", pero en la práctica dictan mucho de serlo.  Es que de a poco comenzamos a visualizar que esta plataformas tipo redes sociales tienen un alcance identitario y vienen a ser una proyección de mi identidad, una falsa identidad, una identidad virtual.
Esta extensión de la identidad es masiva, instantánea y también fugaz.  Vemos como nuestros amigos en la red, pasan de estados eufóricos a estados melancólicos, y pensamos que esos estados de ánimos son reales.  Los furibundos en el chat, los asumimos como furibundos en la realidad real.  Sin embargo, las redes sociales son un muy buen espacio para las máscaras y los transformismos.
Con cada vez más tiempo dedicado al ciberespacio y la realidad virtual, cada vez más nuestras interacciones sociales van dirigidas en relación a esas identidades virtuales (falsas identidades opino yo), pero que de tanto dirigir nuestra atención a ellas se van volviendo la más importante.
Entiendo que Marshall Mcluhan se refiere a este sentido de la tecnología -como proyección de ser- servomecanismos,  "Situando nuestros cuerpos físicos en el centro de nuestros sistemas nerviosos ampliados con la ayuda de los medios electrónicos, iniciamos una dinámica por la cual todas las categorías anteriores, que son meras extensiones de nuestro cuerpo, incluidas las ciudades, podrán traducirse en sistemas de información".  La interconexión entre la maquina y el hombre ya existe, sin embargo no nos hemos dado cuenta.


miércoles, 5 de marzo de 2014

Anthony Giddens

Es un sociólogo británico nacido en 1938, y que ha destacado por sus estudios sobre la Modernidad y la Globalización.  Es conocido globalmente además por  su intento de renovación de la socialdemocracia a través de su teoría de la Tercera Vía.

Sus obras más destacadas
·         Modernidad e identidad del yo: el yo y la sociedad en la época contemporánea (1991)
·         Más allá de la izquierda y la derecha: el futuro de las políticas radicales (1994)
·         La transformación de la intimidad: sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas (1995)
·         La tercera vía: la renovación de la socialdemocracia (1998)
·         Un mundo desbocado: los efectos de la globalización en nuestras vidas (Runaway World, 1999)




Conferencia de Anthony Giddens (en Inglés)
Libro: La transformación de la intimidad
Libro: Un mundo desbocado
Entrevista a Anthony Giddens del diario elpais.com

lunes, 24 de febrero de 2014

Ulrich Beck (1944 - )


Es un sociólogo alemán que se ha especializado en los efectos de la modernización, la sociedad del riesgo, la globalización en tiempos del capitalismo avanzado.  Con su esposa, Elizabeth Beck-Gernsheim, ha desarrolla una linea investigativa sobre el amor y las relaciones afectivas en la sociedad del riesgo.

Algunas de sus principales obras:

  • La sociedad del riesgo (1986)
  • El normal caos del amor.(1995) en conjunto a Elizabeth Beck-Gernsheim.
  • La reinvención de lo político (1996).
  • La mirada cosmopolita (2006)






Columna de Ulrich Beck en el diario elpais.com
Libro La sociedad del riesgo global
El normal caos del amor
Introducción al libro: Amor a distancia
Entrevista a Ulrich Beck en Radio Nederland




viernes, 21 de febrero de 2014

Una metáfora de la actualidad. El café instantáneo

Ese delicioso café en la mañana, tan fácil de preparar y consumir, bien puede graficar el tipo de desarrollo cultural que han adquirido nuestras sociedades.

El café es una de las bebidas no alcohólicas más consumidas en el mundo, pero hasta antes de su actual presentación, en polvo o granulado, este se compraba en grano y uno mismo debía molerlo en molinillos para tal efecto.  El desarrollo de técnicas innovadoras para la presentación  se adjudican al inventor George Constant Louis Washington (1871 -1946) que fue capaz de crear un café instantáneo para su venta.

¿Qué hizo necesario la invención del café instantáneo a principios del siglo XX?, la existencia de diversas condiciones materiales y tecnológicas para su producción en el contexto de un capitalismo en expansión.  Propio del periodo es el consumo de masas donde la preparación de una taza de café se hacía más fácil y más rápida.  ¡Cuestiones esenciales para el consumo de masas!

Este ejemplo nos sirve para ilustrar la tendencia de la vida moderna (y especialmente global en el contexto posmoderno).  La vida se vive como algo instantáneo, fácil, rápido y de consumo masivo.

El invento de Washington se hizo tan popular que el café instantáneo se convirtió en la imagen del desayuno occidental, de la oficina, de las conversaciones intelectuales y otros tantos símbolos contemporáneos muy ligados al capitalismo y la globalización.  Sólo recordemos que algunos de los mayores productores de café en grano son Colombia y Brasil, pero las grandes corporaciones como Nestlé son Europeas.  Finalmente su distribución es global.

En lo que podríamos llamar un estilo de vida, donde lo instantáneo comenzó a rodearnos y se presenta en productos como las calugas de sopa concentradas, en la leche en polvo, en el micronda, el control remoto y otros tantos productos que han hecho la vida moderna "más fácil y más rápida", podemos detectar que dicho estilo de vida es parte de las Ideologías que ejercen control social sobre los individuos. O sea la vida instantáneo es uno entre tantos, sino uno de los esperables entre las personas. Además, está ideología es clave para el consumo.

¿Cómo afecta este "estilo de vida" fácil y rápido a nuestras emociones? ¿Cuales son las diferencias entre consumo y consumismo? ¿Por qué la velocidad es tan importante en el mundo contemporáneo?



jueves, 20 de febrero de 2014

Modernidad y Posmodernidad

Por lo general, para definir una época lo hacemos en contraste con la anterior.  En la medida que detectamos cambios buscamos interpretar nuestro tiempo como distinto al de los otros.  Fue asi como los hombres del Renacimiento vieron su época como distinta a la feudal y plantearon la periodicidad de Antigüedad, Medievo y Moderno.
Ya desde el lejano siglo XIV y XV, se comienza a detectar una ruptura con la tradición cobrando de a poco importancia la innovación. Pero no solo eso la preocupación de los hombres comienza a separarse de Dios y la Iglesia y se centra en él mismo.  Es lo que se ha llamado el paso de lo Teocéntrico a lo Antropocéntrico.


La curiosidad del Renacentista permitió el desarrollo de la ciencia moderna, donde hombres como Francis Bacon en Inglaterra y René Descartes en Francia darán las condiciones para el desarrollo del Empirismo y el Idealismo.
El mundo moderno con su racionalidad ilustrada y universal, entrará en crisis durante el siglo XX -algunos ubican ya Friederich Nietzche como antecedente a la critica de la modernidad- dando paso a una nueva fase de la historia del mundo occidental donde aun no nos ponemos de acuerdo con su nombre.  En general, es llamada Posmodernidad, en su relación a la Modernidad, sin embargo los autores la han denominado con variados nombres como Segunda Modernidad, Modernidad liquida o Modernidad reflexiva.
La Globalización con sus nuevas practicas de Comunicación y Relaciones Sociales, plantea desafíos para entender los tiempos actuales.
¿Que fenómenos sociales actuales nos evidencias que vivimos en un nuevo periodo de la historia humana? ¿Que tareas le entregan a las Ciencias Sociales dichos cambios?