Para la economía mundial el negocio del entretenimiento es algo muy serio. Mucho dinero fluye desde y hacia empresas que invierten en el entretenimiento como nunca en la Historia ocurrió. Y es importante recordar que los romanos fueron especialmente "modernos" en los temas relacionados con la diversión. Sin embargo, el capitalismo ha podido llevar este negocio a nivel insospechados en el pasado.
Hoy tenemos turismo a escala mundial,sólo posible al desarrollo de los medios de transporte modernos y grandes a los medios de comunicación de masas. Estos últimos procuran dar entretenimiento sin ir muy lejos. Las transmisiones de un partido de fútbol, o las telenovelas concentran a millones de personas tras la pantalla del televisor. Y si eso fuera poco, internet con sus redes sociales mantiene interconectados durante todo el día a los jóvenes y adultos.
Por eso cuando hoy pensamos en divertirnos, necesitamos de algo lo suficientemente estimulante para salir del hogar. El estilo de Vida Instantáneo propone estimulación, fugacidad y consumo, por lo que las discoteques ofrecen música electrónica, juegos de luces y humo y por cierto alcohol. No se trata acá de una discusión moral, sino de graficar los elementos cotidianos de nuestra diversión, donde el umbral de satisfacción cada vez es más alto.
Si revisamos los juegos, las fiestas o simplemente las actividades recreativas y de ocio, estos parecen infantiles con los actuales. Los adolescentes de hoy se quejan permanentemente diciendo me aburro, cuando las familias salen de camping, los más jóvenes necesitan de reproductores de música y video y juegos electrónicos,como si por si la naturaleza fuera aburrida, solo en la cultura y en el consumo estaría la diversión. Ni la comida nos satisface como ayer, es necesario estar a la moda, globalizar los gustos y aumentar el gasto para entretener a nuestro paladar. Simplemente la cazuela de la abuela pierde terreno ante el sushi y el ceviche.
Los ingredientes de hoy parecieran ser los espacios de consumo masivo, aunque no interactuemos con más de un par de personas hay que hacerse ver. Hoy donde invisibilidad es lo propio de la sociedad de masas, los individuos luchan por una pizca de identidad individual, por un mínimo de reconocimiento. Este juego del yo es administrado por las redes sociales, las cuales personalizamos con fotos, videos y textos, que a la larga no son tan individualizantes, pues se repiten hasta la saciedad en la red.
El camino que hoy estamos construyendo, con su amplitud de posibilidades nos deja la interrogante de si estamos en una Sociedad de la entretención o del aburrimiento.
Por eso cuando hoy pensamos en divertirnos, necesitamos de algo lo suficientemente estimulante para salir del hogar. El estilo de Vida Instantáneo propone estimulación, fugacidad y consumo, por lo que las discoteques ofrecen música electrónica, juegos de luces y humo y por cierto alcohol. No se trata acá de una discusión moral, sino de graficar los elementos cotidianos de nuestra diversión, donde el umbral de satisfacción cada vez es más alto.
Si revisamos los juegos, las fiestas o simplemente las actividades recreativas y de ocio, estos parecen infantiles con los actuales. Los adolescentes de hoy se quejan permanentemente diciendo me aburro, cuando las familias salen de camping, los más jóvenes necesitan de reproductores de música y video y juegos electrónicos,como si por si la naturaleza fuera aburrida, solo en la cultura y en el consumo estaría la diversión. Ni la comida nos satisface como ayer, es necesario estar a la moda, globalizar los gustos y aumentar el gasto para entretener a nuestro paladar. Simplemente la cazuela de la abuela pierde terreno ante el sushi y el ceviche.
Los ingredientes de hoy parecieran ser los espacios de consumo masivo, aunque no interactuemos con más de un par de personas hay que hacerse ver. Hoy donde invisibilidad es lo propio de la sociedad de masas, los individuos luchan por una pizca de identidad individual, por un mínimo de reconocimiento. Este juego del yo es administrado por las redes sociales, las cuales personalizamos con fotos, videos y textos, que a la larga no son tan individualizantes, pues se repiten hasta la saciedad en la red.
El camino que hoy estamos construyendo, con su amplitud de posibilidades nos deja la interrogante de si estamos en una Sociedad de la entretención o del aburrimiento.
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