Cada
cierto tiempo, los políticos indican que la familia está en crisis. y cada
tanto son apoyados por líderes religiosos y comunitarios que comparten esa
visión. Que los valores familiares estarían en retroceso y en peligro,
que la familia y el matrimonio son pilares de la sociedad y no se les respeta,
etc. Sin embargo, ¿esto es cierto? y de ser cierto, ¿qué tipo de familia
estaría en crisis?
En
primer lugar, no corresponde hablar de la familia como si fuera un tipo único. No debemos olvidar de mirar más allá de las
fachadas de las estructuras sociales, de las versiones oficiales. Los
variados tipos de familias que existen demuestran la pluralidad de respuestas
que los hombres y mujeres modernos han encontrado para agruparse a partir del
parentesco. Si bien el modelo más clásico del siglo XX fue la familia
nuclear, esta nunca ha sido la única. En el caso chileno desde hace mucho
tiempo, la madre soltera ha constituido familia y se ha esforzado por proteger
a sus hijos. Por lo general, este sesgo se basa en la legislación que
solo reconoce a el matrimonio como constituyente de familia (art. 105 del
Código Civil). Sin embargo, a las ciencias sociales le corresponde romper las
apariencias de la realidad y descubrir la complejidad que les rodea. Así
como existen parejas de derecho, también existen las de hecho y también
familias a partir de parejas del mismo sexo.
En
segundo lugar, lo propio de nuestros tiempos es el dinamismo de vida social.
La familia no podría estar exenta de esta característica. Por eso cada
modificación en la realidad social le afecta y transforma. Allí es donde
aparecen familias reconstituidas, unipersonales, homoparentales, de nido vacío,
etc. relacionadas con los cambios que sufre la sociedad en general. Los fenómenos
de la globalizalización y el capitalismo tardío (con sus modificaciones del
mundo del trabajo) van a afectar directamente la estructura familiar.
Si
ya en el siglo XX, Talcott Parsons analiza que la familia nuclear se ajusta
mejor al desarrollo de los mercados de trabajo que se dinamizan, las
experiencias de familias unipersonales tienen sentido con los cambios actuales
del sistema neoliberal.
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