Esta frase
latina llega a nuestra época -siglo XXI- como un rayo estruendoso. La Biblia indica que en su último suspiro
Jesús, el Cristo, habría dicho "Consummatum est", o sea todo acabó
según la versión de la Vulgata Latina en el evangelio según San Juan. El sentido que se le dio con el correr de los
siglos sirve para expresar un gran dolor o simplemente un desastre.
Bien
podría servir para expresar lo que vemos a nuestro alrededor, en las noticias
de los diversos medios de comunicación. Podría ser una voz -divina y humana-
que clame por el fin de todos estos conflictos bélicos, pandemias, hambrunas,
etc. Seguramente nuestra base cultural
judeo-cristiana vea en estos "desastres naturales y humanos" un
castigo proveniente desde los cielos.
Sin
embargo, no invocamos en ese sentido la frase bíblica, no apostamos por
aumentar visiones catastróficas ni apocalípticas. Conservamos esperanzas para el devenir
humano. Más bien nos conectamos con el
hecho que "consummatum" es el pretérito perfecto del verbo
"Consummo" (consumar, acabar).
Palabra desde donde nos llega el concepto Consumo, o sea la acción de
consumir o gastar un producto, bien o servicio.
Es
interesante la imagen que produce la palabra, consumir es gastar o terminar con
algo. Esto queda muy claro al comprar un
helado, pues a los minutos este fue "terminado" de comer. Esto que nos puede parecer muy simple y
quizás hasta obvio, no lo es tanto pues la acción de consumir arrastra ese
sentido que tanto nos incomodo en las sociedades modernas, el derroche y la superfluidad. O sea, el consumo siempre corre el riesgo de volverse consumismo
o hiperconsumismo. Atávicamente la palabra conlleva contenido un amplio sentido
de culpa.
Para una
comprensión básica con respecto al fenómeno estudio, diremos que Consumo es según
la RAE la "Acción y efecto de consumir comestibles y otros
géneros de vida efímera, Acción y efecto de consumir energía)" y agrega
más cercanamente al sentido sociológico "Dicho de la sociedad o de la
civilización: Que está basada en un sistema tendente a estimular la producción
y uso de bienes no estrictamente necesarios".
En
relación a lo anterior aparecen los "Consumidores" quienes son los
actores sociales que realizan en el acto de consumir. Todo esto no ocurre en la nada y la economía
clásica nos explica la importancia del Mercado a partir de la Oferta y la
Demanda. Según la economía estos serian actores raciones y realizan elecciones racionales a la hora de comprar, sin embargo esto no es completamente cierto pues el acto de consumir conlleva componentes subjetivos.
Por
Mercado los economistas entienden un espacio en el que los vendedores y
compradores obtienen información sobre bienes y servicios, y en el que realizan
transacciones comerciales[1]. En teoría un mercado necesita muchos
compradores y vendedores para que sea competitivo, sin embargo, hay distintos
espacios donde los mercados están lejos de ser ideales.
En
conceptos más actuales nos encontramos con Consumo colectivo, de Manuel
Castells, utilizado para referirse a los procesos de consumo que fomenta la
ciudad, como son los servicios de transporte o los servicios de ocio[2].
Las acciones de consumo son altamente importante para comprender la lógica del Capitalismo actual, en tanto para acceder a la vida social debemos hacerlo vía consumo (cuyo instrumento de intercambio es el dinero), quienes se integran al sistema y quienes son excluidos en ultima instancia son determinados en relación a su capacidad de consumir o no los bienes y servicios ofrecidos en los mercados globalizados actuales.
[1] Parkin, Michael et al.
Microeconomía. Versión
Latinoamericana. Pearson educación. México, 2006.
En relación al concepto "Demanda" los autores lo definen como
"la relación entre la cantidad de un bien que los consumidores planean
comprar y el precio del mismo, cuando permanecen constantes todos los otros
factores que influyen en los planes de los compradores", al contrario
"Oferta" es "la relación entre la cantidad de un bien o servicio
que los productores planean vender y el precio del mismo cuando todas las otras
variables que influyen sobre los planes de los vendedores permanecen
constantes".
[2] Giddens, Anthony.
Sociología. Alianza Editorial.
Madrid, 2006.
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