Pedro Urdemales es una figura arquetípica en
los relatos populares sobre una forma de identidad tan chilena, que la mayoría
de los chilenos que conoce al personaje cree que es oriundo de nuestras
tierras. Pero no, no lo es. Es un relato
español y de varios siglos de antigüedad, sus orígenes se pierden en el siglo 12.
Fue muy famoso por su picardía, choreza, bravuconería,
frescura y destemplanza. Se avienen muy bien con ese espíritu tan chileno, ese
mismo espíritu que el futbolista Gary Medel llamó tan gráficamente
"Chispeza". Medel, una versión
futbolera de Urdemales hasta nos inventó una palabra para expresar ese parecer.
En los relatos que se preservaron por escrito,
nos llegan las historias (chascarros) de Pedro Urdemales donde se las arregla
para siempre ganar. Esa sí que es chispeza pues, creatividad devenida en
torcerle la mano al destino, y no solo a él sino a la autoridad. Y es que a fines del siglo XIX y la mayor parte del siglo
XX, los sectores populares expresaron de
múltiples formas su disconformidad social satirizando y ridiculizando al poder,
ya sea este civil, religioso o militar.
No olvidemos la Lira popular y las canciones del folclor campesino.
El destacado Condorito tiene mucho de ese espíritu,
el del roto chileno que es bueno "pa´ la pega" y bravucón. Recordemos esa potente consigna estampada en
los muros de Pelotillehue "Muera el roto Quezada" como una forma de
escarnio público. Es también Juan
Verdejo figura prototípica del personaje
popular presente en la revista de humor político Topaze.
" El personaje Juan Verdejo de la
revista Topaze constituyó la representación clásica del “roto” chileno entre
los años 30 y los años 60. La revista satírica lo empleó agudamente para
encarnar al pueblo con sus deseos, anhelos y necesidades básicas. Resultó ser
en gran medida un anti-mundo en relación a la elite dominante, entroncando con
los personajes de la clásica narrativa picaresca española" (Maximiliano
Salinas)
Sin embargo, el Chile actual ya
no es el de ayer. Los procesos
transformadores de la dictadura militar son innegables. La economía de matriz desarrollista fue
cambiada por un modelo productivista de monocultivo y con énfasis
exportador. Esos cambios han afectado la
imagen de Condorito y Juan Verdejo. Es
cosa de ver las revistas actuales del plumífero personaje del dibujante Pepo,
ya no vive en una ranchería y en muchos chistes ya no se ve con ojotas, el
modelo económico le permitió emprender. Y es que en un transformismo camaleónico
-propio del Jurel tipo Salmón o del Jaguar Latinoamericano- los sectores
populares ya no se ven reflejados en ese Juan Verdejo tan precario, suburbano y
desempleado. Los sectores populares
tienen más sintonía con el relato del esfuerzo y el emprendimiento, más al
estilo "Escuela de Chicago" - la neoliberal no la sociológica- y eso no dio cabida para "rotos
rotozos".
Aun así, no se engañe. En el alma
de Chile, en esa "inmensa mayoría" en el sentido de Sebastián Piñera,
vive Pedro Urdemales, aún hay chispeza como lo declaró el Pitbull Medel.
Somos winners, o sea,
"ganadores". No en el sentido de
que triunfamos o vamos en búsqueda del triunfo, sino ese localismo del
centro-sur "Ganarse", como ganar un espacio sea en la fila del Banco
o supermercado. Un apropiarse de algo
antes que otros. También le decimos a
esa conducta "ser vivo", y le aconsejamos a otros "tienes que
avivarte poh". Y esa conducta tan
popular resulta que es bastante transversal.
Porque no solo los comerciantes ambulantes "son vivos", en los
sectores del más privilegiado empresariado también lo son. Los señores de Penta serían "enteros de
vivos" y parece que Davalos y Cía también.
Y si de chispezas se trata el diputado Hasbún, tiene una "frescura
del porte de un buque".
Un bloguero, Matías Carrasco
Ruiz-Tagle, escribió una interesante titulada "Matías Larraín: somos
winners" describiendo desde adentro como los sectores más acomodados
juegan a "ganar" en todo incluso ante la justicia. Y esa idea es más popular, Joaquín
García-Huidobro columnista en El Mercurio titulo uno de sus escritos "No
somos gánsteres (somos winners)".
"La tentación de obtener más
que el promedio resulta irresistible para un 'winner'. Esto no le pasa solo a
algunos empresarios, sino a cualquier chileno que se deje llevar por la lógica
exitista..." (Joaquín García-Huidobro)
Como si percatarse que todos
tenemos alma de winner en Chile fuera un consuelo.
Así, podemos ver que ese antiguo
personaje, Pedro Urdemales ya a muerto nos ha dejado sus más tiernos discípulos
y la táctica de Urdir males con una sonrisa en la boca continua hoy más
"viva" que nunca.
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