domingo, 14 de junio de 2015

Maldita Moda


"La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero."
(Coco Chanel)

Tres elementos esenciales se combinan en la moda como prácticas culturales de las sociedades occidentales: la estética, el tiempo y el dinero.
Las sociedades han construido ideales estéticos porque todas de una manera u otra han reverenciado la belleza.  Sin embargo, “¿qué es bello?” debe ser contextualizado en un momento y lugar, pues dichos patrones de belleza han variado con el correr del tiempo.  En relación a la actualidad, algunos de esos patrones básicos son la imagen juvenil (algo así como la eterna juventud), la delgadez como estructura corporal y los estereotipos occidentales-globalizados (gustos que remiten a iconos culturales estadounidenses y europeos).



En cuanto al dinero no parece  muy distinto a otros tantos productos entregados al mercado del consumo (procesos fabriles, publicidad, sistemas crediticios, bodegajes, transporte, etc.), donde la cantidad de dólares que se mueven son gigantescas, y la ideologización de los productos se promueven gracias a la publicidad y los medios de comunicación.  Como nunca la publicidad busca persuadir por todos los medios.
En el relación al tiempo, la moda sufre profundamente de fecha de término.  Las prendas de vestir, están construida de tal forma que para el próximo año se vean extemporáneas y con el correr de los años cada vez más anacrónicas e incluso ridículas.  Ya sea por el cambio de colores, telas y texturas, todo va cambiando de temporada en temporada, y aun así algo permanece,  lo barroco de los gustos del siglo XXI.
Estos tres elementos (lo estético, lo temporal y lo pecuniario) se combinan para dar, en manos de un diseñador las mercancías de temporada. Si observamos cualquier prenda, por ejemplo un pantalón de mujer, este va variando con los años. Por ejemplo la cintura del pantalón se dinamiza con los años pasando de un corte a la cadera o la cintura, si es mezclilla tradicional, de color, desgastada, estampada o decolorada, pierna recta o ajustada, con bolsillos o sin ellos, costuras o no a la vista, etc. El vaivén de estos elementos va constituyen agrupaciones particulares que se van entendiendo como estilos al combinarlos con ciertas prendas.
Seguramente, algún lector recatado sentirá lo superfluo de la moda.  Sin embargo, no tiene nada de superfluo.  La moda y el diseño asociado, es un producto de la cultura material de una sociedad por lo que los estilos “de moda” están en concordancias con otros productos culturales como la música, las artes visuales, el cine, la literatura, la filosofía y aunque parezca extraño, la política.
Un ejemplo claro de esto último se puede visualizar en la ropa utilizada durante la revolución china.  El uso del uniforme militar y el uniforme obrero-campesino no solo son una solución a bajo costo del problema de vestir a un pueblo de millones de personas, sino que a la vez es un acto discursivo.  La uniformidad en el vestir se ha utilizado en distintos lugares y momentos del siglo XX.  Ya fueran los estilizados uniformes de las SS nazis, o las camisas pardas de los seguidores de Mussolini, la ropa ha dado identidad y sentido de pertenencia a los más diversos movimientos políticos y sociales, integrando y también diferenciando.
La moda es algo volátil, por lo mismo parece ser tan propia de tiempos fugaces como los nuestros.  La ropa va adquiriendo un sentido cada vez más desechable, y por lo mismo disfrutamos de tener una “prenda favorita”.  Palabras como “Avance de temporada”, “Liquidación”, “Remate”, “Sin interés”, y otras tantas son parte del lenguaje técnico de ir de compras, siempre amenizados por los estilos de moda. 

La moda femenina es la más fugaz de toda, pues de cierta forma el cuerpo de la mujer es un campo de batalla para el poder y la ideología.  El control sobre ellas se ejerce en un consumo de vanguardia y mucho más exigente que el masculino.  Sin embargo, los hombres comienzan tentarse por disfrutar de la moda y placer que puede ejercer las compras y el “vitrinear”, aunque a muchos no les gustará de confesar eso.
Extractos de Victimas de la moda de Guillaume Erner
Instituto de Sociología de la Moda
Pagina12 Las teorías de la moda
Revista-catalogo One Book

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