martes, 15 de septiembre de 2015

El ocaso de los héroes


El golpe militar y la dictadura de Pinochet significaría un cambio en la percepción de los héroes[1].  Las figuras sacras de O’Higgins, Prat, Portales –y otros- son instrumentalizados burdamente y destacados en las diversas efemérides del calendario escolar de los setentas y ochentas.  Al canto de “Vuestros hombres valientes soldados”, los niños de esa época se educaron con una versión de la historia de Chile muy recortada y censurada, y básicamente la Historia (en el sentido escolar) significó una cronología de hechos militares y políticos notables desarrollados por las élites.  Las batallas y sus generales tenían espacio privilegiado para el aprendizaje del estudiante.
Afuera de las aulas, la vieja Unidad Popular era aplastada por la DINA y la CNI con una lógica de Seguridad Nacional (orquestada años antes por los Estados Unidos desde la Escuela de las Américas en Panamá) y Allende se convertía seguramente en el último héroe popular.
En marzo de 1990 llegan los políticos a la Moneda y el Congreso de regreso luego de 17 años, y a pesar de que intentan darle un sello festivo, épico se podría decir, se vuelve imposible con la sombra del General Pinochet sobre la nación.  La “fiesta del No” –o sea, la creencia de que la ciudadanía había sido capaz a través la lucha democrática de derribar una de las dictaduras más largas y atroces- se fue desvaneciendo con rapidez.  Es así como la conmemoración del principal hito de Concertación, el 5 de octubre, con el correr de los años se vuelve superflua lo que se puede comprobar revisando que cada vez esos eventos son menos más masivos y menos ciudadanos.
Este rápido desgaste, o sea la falta de interpretación épica de los hitos, se debe a variados factores que inciden en este fenómeno.  Podríamos distinguir en los factores internos y externos:
Internos
·         Sobreideologización de la política y lo social en el Chile pre-dictadura militar (Especialmente en el periodo de 1964 a 1973).
·         Descrédito de la política y los empresarios durante el periodo democrático (De 1990 en adelante, pero especialmente en la última década).
·         Mala percepción de las FF.AA y las instituciones en general (pos-golpe militar)
Externos
·         Fin de la Guerra fría (sin un ganador apabullante.  Recordemos que más que ganar Estados Unidos, lo que ocurre es el colapso interno del bloque soviético).
·         La amplia aceptación del neoliberalismo, retornando a la centralidad del mercado como actor de la organización social.
·         La globalización cultural introduciendo patrones propios de occidentales  (especialmente Estado Unidos).
Los noventas son el ingreso de la posmodernidad a América Latina y por cierto el debate de los cientistas sociales de si esto era así o no. Hoy el debate no está totalmente cerrado, y por lo menos podemos destacar 3 ideas.  1) Más allá de si damos por finalizada la modernidad y damos paso a una nueva etapa vimos un momento histórico distinto de lo previo. Una de las características de ese cambio es la perdida de certidumbres y confianza en el desarrollo propio del proyecto moderno-ilustrado, o sea un tránsito del optimismo al pesimismo. 2) La Globalización –proceso sociohistórico de más antigua data[2]- se acelera con el desarrollo tecnológico digital transformando la experiencia que tenemos del Espacio-Tiempo.  Reduciendo los espacios y los tiempos, y a la larga imponiéndose el tiempo sobre el espacio. 3) La disputa de la centralidad del Rol del Estado y el Mercado en la vida social es cerrada en pro del segundo.  Desde la política y la economía el Estado es ampliamente cuestionado, es invocada la reducción de su estructura y campo de acción.  O dicho de otra forma la economía tecnócrata se impone sobre la política ideológica.  Incluso para algunos eso permitiría hablar de un momento posideológico.
Estos cambios sirven para otorgarle piso a lo que estamos discutiendo.  En un mundo globalizado, posmoderno y guiados por el consumo los héroes pierden sentido, se desacralizan y reducen su campo de acción a lo meramente escolarizante (espacio donde además son confinados principalmente a las efemérides).  En tiempos sin épica, sin espíritu colectivo, las figuras de los principales actores sociales de mundo contemporáneo no calzan para ser héroes.
En nuestro país entonces, podemos decir que vivimos el auge de una Era pos-heroica, o sea en una época donde ni las elites impulsan sus estrategias persuasión a través de la mistificación de personas por medio de la heroificación ni los sectores populares santifican a alguien de un carisma especial.

¿Qué hacer con los héroes y la nación?
Múltiples son las preguntas que comienzan a aparecer luego de constatar en el momento particular en que nos encontramos, una era pos-heroica.  ¿Cuánta juventud se perdió tras la violencia contrarrevolucionaria de 1973 - 1990? ¿Cuántos gestos épicos pasaron al olvido con el manto de la “democracia”? ¿Hubo héroes en ambos bandos en conflicto? ¿El pueblo ha estado dispuesto a sacralizar la  figura de alguno de estos “muertos con dignidad” o de algunos de los actores que permitieron la transición?
Para los más objetivistas el tema se encuentra plenamente abierto y aún es más parte del periodismo que la historia.  Faltarían décadas para poder escribir estas nuevas páginas en los libros del mañana.  Sin embargo, son reflexiones posibles dentro de la sociedad chilena y por cierto en las ciencias sociales.
Es necesario indicar que si reconocemos el advenimiento de una Era posheroica, se nos presentan nuevas preguntas. ¿Qué hacer con los héroes y la patria en este nuevo contexto? ¿Cuáles serán los nuevos acicates  que le darán sentido a la Nación? ¿Acaso es necesaria una identidad nacional, ante el asalto de cientos de identidades sociales (de género, etnia, clase social, etc.)?


Quizás una de las cuestiones esenciales de los tiempos heroicos (Ligados a los distintos procesos de Construcción Estado – Nación 1810 -1884) son los simbolismos y ritualidades ligados al gesto heroico.  Necesariamente esto implica un nuevo contexto donde dichos simbolismos se vuelven superfluos y en algunos casos son ridiculizados.  Estas la distancia que se genera por ejemplo con el “acto heroico” de Arturo Prat que se vuelve incomprensible y se convierten en motivo de burla.  La figura trágica de nuestro joven Capitán saltando al abordaje se transforma en algo sin sentido.  No porque el acto en sí mismo pierda valentía ni arrojo, sino porque la comunidad que le da sentido a esa “valentía” ya no está para arriesgar la vida por la Patria; puede que si haya coraje para defender a su esposa e hijos, para defender su casa o algún amigo, pero por la Patria difícil, pues se ha vuelto algo difuso, algo nebular.  La Patria y la Nación están ligadas en términos semánticos más a los políticos y las elites que al ciudadano de a pie.  Por lo mismo las generaciones más jóvenes (Sub 30 más o menos), no tienen mucho interés en conocer la Historia de Chile, pues son muy críticos sobre el presupuesto que es una historia sesgada, escrita por los vencedores, etc. Sin embargo, a pesar de que hoy existen variados textos “alternativos” a la vieja versión oficial, siguen siendo poco los lectores.  Ante el mismo personaje, Arturo Prat, se desconoce por ejemplo el tono romántico de la correspondencia que mantenía con su esposa, o la pena que le acongojaba por la pérdida de una hija, o el dato más relevante para la historia tradicional, nuestro Capitán se encontraba solo custodiando Iquique en un suerte de castigo por sus diferencias con la plana mayor producto de un juicio militar donde defendió como abogado al oficial Luis Uribe quien se encontraba acusado por desacato.  El salto de Prat, se vuelve un salta al aire, una caída libre, visto con los ojos del hoy.
Como otras discusiones muy recientes sobre el sentido de identidad nacional, del valor de la historia o el rol de los militares en el mundo contemporáneo, es difícil ser taxativo.  Esta es una discusión abierta, a pesar de que los ciudadanos no están muy abiertos al debate.  Solo una pregunta final y más contingente, ¿Qué monumentos deberán levantarse en las próximas, que hombres merecerán ser encarnados en bronce y ser levantados en plazas públicas?  Es algo que cuesta pensar desde el presente y seguramente dará que pensar, a lo menos a las autoridades y dirigentes.




[1] n 1973, el historiador William Sater escribía su conocido libro “The Heroic Image in Chile: Arturo Perat, Secular Saint” que fuera traducido y publicado en Chile en el 2005 y que coincidentemente ese momento marca un punto de inflexión sobre la relación que tenemos con los héroes.

[2] Hay quienes fijan el origen de la Globalización en el proceso de conquista y colonización de América (excepcionalmente algunos romanistas han querido encontrar este proceso en la conformación de la Ecúmene romana). Sin embargo, la mayoría de los autores se concentra en el siglo XX con los viajes transatlánticos o la constitución de la Sociedad de Naciones y Organización de Naciones Unidas.

martes, 8 de septiembre de 2015

Cuerpos femeninos: Vigilar y castigar a las mujeres.



No deja de ser interesante estudiar a los Padres de la Iglesia cristiana, aquellos con el poder suficiente para seleccionar y excluir los textos que se habrían de considerar sagrados, que finalmente se harían parte del “Canon”[1].  En su proceso de selección se preocuparon de excluir aquellos documentos que dieran un rol protagonista a la mujer.  Hoy gracias a los llamados evangelios apócrifos sabemos que las miradas sobre lo femenino eran mucho más diversas e inclusive su rol activo fue excluido.
Dichas miradas excluyente influyeron sobre aquellos cristianos que asesinaron a la destaca filosofa Hipatia de Alejandría.   El año 415, o tal vez 416, un grupo de seguidores del Obispo Cirilo fue asaltada desde su carruaje, arrastrada al templo llamado Cesáreo, donde fue desnuda y lapidada.  Sus restos fueron descuartizados e incinerados.  La violencia de aquellos hombres estuvo lejos de las envolturas religiosas, sino relacionada con el poder y con excusa religiosa.  Hipatia era consejera de Orestes el prefecto imperial quien mantenía una tensa relación con Cirilo, disputa del poder temporal con el poder religioso.
Es crimen de fines de la Edad Antigua viene a abrir una larga temporada de caza[2] de brujas, que tiene su hito más reconocible en el libro “Malleus Malificorum” o el martillo de las Brujas.  Este texto fue compilado y escrito en 1487 por dos monjes dominicos, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, ambos inquisidores. Este documento fue alta difundido y sirvió de base para posteriores juicios con “brujas”.  La Iglesia nunca autorizo oficialmente dicha “cacería”, pero fue sólo hasta 1657 cuando la prohibió a través de la Bula Pro Formandis.
La persecución de mujeres supuestamente brujas se llevó a cabo no sólo por los católicos, sino también por protestantes.  El caso más conocido es el de los Juicios de Salem, pequeño villorrio cercano a la ciudad de Boston, en Estados Unidos.  Las audiencias y respectivos juicios se efectuaron en 1692 y condenaron a 29.  Diecinueve de ellos, 14 mujeres y cinco hombres, fueron ahorcados.
En el caso de Chile se efectuaron juicios de brujería en la ciudad de Chillán.  En 1749 la Iglesia local, a través de su cura Don Simón de Mandiola acusó y mandó a presar a un grupo de indígenas.  En este lejano lugar del imperio español, también se sabría de la furia hacia las “brujas”.
Con la época de la ilustración, en el siglo XVIII, no les irá mejor.  Las mujeres que se hicieron parte de la Revolución Francesa vieron nuevos aires en las relaciones sociales.  Considerando que lucharon a la par que los hombres en las escaramuzas bélicas de la revolución creían legitimo reivindicar su posición.  Olympe de Gouges sería la voz de un grupo de mujeres que supo traducir la rabia y la frustración por dicha desigualdad en un documento escrito, la “Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana”.  Dicho texto parafraseaba el nombre de unas de las proclamas más famosas de aquellos tiempos la “Declaración de los derechos del Hombre y el ciudadano” de 1789. Olympe de Gouges fue detenida en 1793 y decapitada por la guillotina, su actuación política le costaría la vida.  Su vida pública contó con continuos opositores y la desacreditación por ser mujer.  Revisemos el preámbulo a la declaración:
“Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nación, piden que se las constituya en asamblea nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes, a fin de que los actos del poder de las mujeres y los del poder de los hombres puedan ser, en todo instante, comparados con el objetivo de toda institución política y sean más respetados por ella, a fin de que las reclamaciones de las ciudadanas, fundadas a partir de ahora en principios simples e indiscutibles, se dirijan siempre al mantenimiento de la constitución, de las buenas costumbres y de la felicidad de todos”


La lucha de las reivindicaciones feministas se encontró con la rápida barrera de los hombres, y de algunas mujeres, para rechazar cualquier forma de búsqueda de igualdad.  Es que durante siglos se desarrollaron dispositivos de control, de vigilancia y de castigo que no se romperían con la llegada de la modernidad, ni el derecho a voto.  Con obstinación la sociedad ha buscado dominar las fuerzas particulares que nacen del Ser-mujer y ha buscado ejercer poder sobre ellas primero a través de la religión y luego por el derecho, la medicina y la ciencia.
El mundo moderno ha encontrado especialmente herramientas de vigilancia en la medicina, que en el caso de las mujeres a significado quitarle poder sobre lo que le es propio, la fecundidad. Los especialistas han definido y estructurado de tal forma que un tema tan “natural” como el parto se le ha arrebatado a las madres y a aquellas antiguas ayudantes, las parteras.  Esos saberes premodernos no han calificado como válidos para los científicos contemporáneos, y siendo hombres han reivindicado la superioridad de sus saberes técnicos.  La ciencia moderna se apropia de los conocimientos del cuerpo femenino y los regula por ejemplo a través de la planificación familiar.
Ni que decir del aborto, donde en nuestro caso chileno se les arrebata el derecho a ejercer poder sobre sus cuerpos negándoles su categoría de sujetos.  Las mujeres se vuelven meras incubadoras, o como lo indico la Senadora Ena Von Baer en 2012, las mujeres solo prestan el cuerpo. Incluso en temas poco polémicos las mujeres son controladas como es el caso de la lactancia.  A pesar que en las sociedad premodernas la lactancia llegaba hasta cerca de los dos años de vida del niño, hoy la lactancia –a libre demanda- es reducida a 6 meses por principalmente razones laborales (o sea que el sistema capitalista también ejerce control sobre los cuerpos) y porque para la sociedad la lactancia luego de eso se ve como algo secundario ante la posibilidad de utilizar leche de fórmula, que nunca será el reemplazo de la leche materna.  Ante las miradas escrutadoras de los hombres y no pocas mujeres, las madres han debido ocultarse por la lactancia sería un acto privado y no público, o sea donde el alimentarse tendría un alto componente censurable.
En la vida moderna son variados los campos donde el cuerpo de la mujer sufre la vigilancia y lo que es peor la autocensura.  Ya sea a través de la apariencia personal –por la vestimenta y el maquillaje- las mujeres son direccionadas desde la tierna infancia a determinados canones de belleza.  Los más claros ejemplos son las infaltables muñecas tipo Barbie y las princesas Disney. Estereotipos de constitución física y también de conducta.
La idea de una imagen perfecta a partir de la delgadez y la vitalidad juvenil desafían a las adolescentes a utilizar métodos extremos para mantenerse “bellas”.  Aquí hay que insistir que esta idea de belleza es en extremo normativa, porque no solo se trata de ser lindas, sino de ser aceptadas.  El temor al rechazo en la infancia y adolescencia es diferenciado entre hombres y mujeres, los hombres temen no ser seleccionados en el equipo de futbol, las mujeres a no verse bien. En última instancia el “mito” de la belleza supe la llave que daría el acceso rápido en el mundo social.
La moda ayuda a organizar y estructurar las relaciones de género en los espacios adolescentes, donde aquellas a la moda y más ajustadas a los estereotipos de mujer logran el tan ansiado título de “popular”. Lo más terrible de la moda actual, es que es un juego permanente de cambios de estilos y justos, donde en una temporada se uniforma el consumo a través de los torturadores zapatos taco alto y al siguiente el uso es zapatillas.
¿Cómo funciona el castigo en el mundo actual cuando las mujeres no cumplen el canon esperado? Claramente, los castigos han cambiado y ya no son tan violentos.  Sin embargo, la persuasión juega directamente a la conciencia del individuo e internaliza como propio lo que es exigido por la sociedad. Nadie desea la experiencia de ser considerado “Patito feo” ni menos ser un paria social.  Por lo mismo, el gendarme que ejerce control sobre los individuos con más fuerza son los sujetos mismos, que sueñan con ser exitosos y felices.
En un sistema neoliberal altamente competitivo, el ser excluidas –poco exitosas- es un severo castigo para las mujeres que no solo compiten por ser mejores, sino que además deben validarse en espacios determinados por lógicas masculinas.  Las mujeres más competitivas son las que mejor se han adaptados a las expectativas de éxito de los hombres.  Eso conlleva a la perdida de formas-de-ser que no se ajustan a lo esperado.



[1] Canon posee múltiples usos, sin embargo todos ellos comparten el sentido normativo (precepto, catalogo, disposición, etc.)  En el caso de la Iglesia católica canon es utilizado especialmente en un sentido legal, como es el concepto de “Derecho canónico”.  Por canon, por ejemplo, se conoce a la reglamentación que un concilio de la Iglesia católica fija en relación al dogma, al catálogo de las obras sagradas para el culto católico, al libro que usa el obispo al dar misa y a la parte de la misa que concluye con el rezo del Padre Nuestro.

[2] La caza es considerado por algunos sectores de la sociedad como un deporte.  No deja de ser extraño el uso de la palabra para referirse a un crimen contra la mujer.  Es otra forma de expresar el poder del hombre-cazador sobre la mujer-presa.  Todo ello con el beneplácito, algunas con el silencio, de las instituciones sociales.

martes, 1 de septiembre de 2015

El Vacio y la hiperrealidad o como lo estético se convierte en lo ético. Los contenidos en el diseño comercial del siglo XXI

Me veras volar/ por la ciudad de la furia/ donde nadie sabe de mi/ y yo soy parte de todos. (G. Cerati, La ciudad de la furia)

Durante las ultimas décadas el diseño comercial, en general, a denotado cierto comportamiento  neurótico en relación al vacio. Con una respuesta ansiosa y en algunos casos obsesiva se ha dedicado a contrarrestar ese vacío, por supuesto llenándolo todo.
Si observamos el logo de la marca Coca - Cola en su versión 2003, podemos ver como ese "clásico" se ha llenado de relieves, degradados, tonalidades, etc.  Seguramente se apelaba a hacerlo "más real" con las gotitas de agua incluida.  Si esa fuera, la definición de realidad estaría llena de ruido y luces.


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La posmodernidad en sus aspectos visosensoriales ha neutralizado el vacío por ruido, imitando la vida de las ciudades, especialmente las metrópolis.  Imagínese transitar en auto por las grandes avenidas de las más importantes ciudades latinoamericanas.  La experiencia la vivimos como un shock sensoriales de colores, brillos, sonidos, olores, etc. o sea un mar de estímulos llegando por nuestros sentidos. Es más real, es la hiperrealidad.
Volvamos un poco a la calma.  Usted está en su habitación revisando que cosas portará (en su ropa, equipaje o automóvil) y comienza a guardar por ejemplo un reloj digital de pulsera, un smartphone, una tablet o un laptop. De pronto, toda esa tecnología le permite estar "siempre conectado".  ¿qué sucede cuando olvidamos nuestro celular en casa? por lo general un desconcierto por la eventualidad de que llame el jefe, la esposa o los hijos.  Una herramienta tecnológica indispensanble para la rutina diaria, un verdadero cable de conexión a la red mundial de internet. Todos estos dispositivos tecnológicos nos permiten vivir en esta hiperrealidad donde se pueden leer noticias, contestar correos y subir fotos, todo en uno.
Visto así, la realidad en su versión "más real" se vuelve más densa, compleja y por cierto más confusa. Nuestro individuo se pierde entre el hormigueo humano, donde los semáforos imponen el ritmo del flujo vehicular y la vida se va escurriendo por las calles de la ciudad.  El ritmo urbano inunda los sentidos.
Volviendo al diseño, no es que de la nada desde los ochentas aproximadamente se busque casualmente choquear nuestras neuronas con el adorno, la filigrana, el achurado, los flashes, el ultravioleta o el flúor.  Se toma de la experiencia de vivir en la urbe, ciudades colapsadas, atochadas, al límite.
A mi entender, las sociedades contemporáneas le temen al vacio, al silencio, a la ausencia. Ante dicho temor responden con el rebalse, con el colapso, con la exageración.  Un ejemplo claro de ello es la moda.  Lentejuelas y el animal print todo en una misma pieza de ropa; desgaste y decoloración complementados con tachas y bordados; estampados floreados o puntillismo.  Si se puede más, agregamos más. 



Tengo la misma idea con respecto al tatuaje.  El comentario popular de aquellos que se tatúan, es que siempre vas a querer más.  La piel seria como un lienzo en blanco, puro e impoluto que debe ser coloreado, manchado y vuelto a colorear, nada de vacios por favor.  La armonía musical entre notas y silencios se rompe para llenar todo de ritmo y sabor.
El abuso de este tipo de construcción de contenido (artístico, musical, etc.) terminan volviéndose lo opuesto.  Ante el exceso de contenido -por ejemplo visual- la imagen comienza a degradarse y perder sustancia, se vuelve trivial, se confunde en el éxtasis urbano. La hiperrealidad nos hace perder la experiencia de la realidad, pues las cosas más esenciales como hablar, comer o amar no tienen buena sintonía con esta realidad "más real".
Sin embargo, el pináculo de esta lógica barroquista se presenta cuando lo estético se convierte en lo ético.  O sea, la imagen hipnótica, reemplaza a la sustancia.  La superficialidad se impone sobre la significancia. Luego de eso no es extrañar que la delgadez extremase imponga como signo de belleza, la encuesta política levante o bote liderazgos.  El posmodernismo es ante todo imagen[1]; signo que se vuelve más poderoso que el significado, finalmente destruye el símbolo.






[1] "La imagen es nada, la sed es todo. Obedece a tu sed".  Slogan publicitario de la bebida de fantasía Sprite.  Esta frase aparece como un contrasentido y sin embargo, viene a reafirmar la importancia de la imagen ya que se incluye como referencia en la publicidad de una de las bebidas más vendidas del mundo.

lunes, 29 de junio de 2015

La "Stultifera Navis" en Chile


Variados han sido los personajes que los grupos hegemonicas han considera como detestables en el Chile del siglo XX.  Sujetos de tal calaña que su sola existencia no es deseable.  Dignos de tal etiqueta han sido los homosexuales y los comunistas.  Nuestra historia indica la existencia de persecuciones de dichos grupos y a un nivel casi mitología el uso de la llamada "Stultifera Navis".
Para el lector ambientado en las ciencias sociales, puede que le sea conocido esta figura mitológica a través del filosofo Michel Foucault.


jueves, 25 de junio de 2015

Cuerpos y medios de comunicación



“El cuerpo, moldeado por el contexto social y cultural en el que se sumerge el acto, es ese vector semántico por medio del cual se construye la evidencia de la relación con el mundo: actividades perceptivas, pero también la expresión de los sentimientos, las convenciones de los ritos de los ritos de interacción, gestuales y expresivos, la puesta en escena de la apariencia, los juegos sutiles de la seducción, las técnicas corporales, elentrenamiento físico, la relación con el sufrimiento y el dolor, etc.”  (David Le Breton)

Los medios de comunicación audiovisual tienen una forma muy particular de (re)presentar los cuerpos humanos. Es un cuerpo mediatizado, estructurado a partir de ciertas tomas de cámara, luces de reflectores y maquillajes especializados.  Y no solo aspectos técnicos intervienen en el performance televisivo, además por su connotación social aparecen ciertos prestigios y reconocimiento que separan a dichos cuerpos de la (re)presentación del resto de las personas.  Cierta aura mística se les reconoce en tanto reciben la etiqueta de estrellas[1], lo que simbólicamente los hace “superiores”.
La máxima explotación del cuerpo -como herramienta televisiva del raiting- es en las mujeres las cuales se ajustan por exigencia o autoexigencia a canones de belleza más estrictos que los hombres. Delgadez, vestuario de moda, a veces exhibicionismo, la mayoría de las veces juventud, etc. son los componentes para la construcción de programas televisivos, donde los espacios para personas mayores de 50 años (incluso ya los cuarentones comienza a disminuir) son escasos.
Teleseries y programas de entretenimiento apelan a la figura de una mujer como condición sine qua non. Se trata de destacar  estereotipos fáciles en su representación (fenotipo europeo, delgadez, etc.) sin embargo difíciles de alcanzar y que proyecta cierta exigencia para las mujeres “normales” que no son partes de la televisión.  De cierta forma, la belleza femenina es cercenada, puesta en vitrina y cuantificada para el consumo televisivo y lascivo. Es la pérdida del sentido de unicidad en el cuerpo de la mujer, donde cámara estructura tomadas enfocadas en la formas, en las curvas, deconstruyéndose la persona para dar paso a la parte.  Es tal la actitud “moderna” al cuerpo, que voces disconformes a esta realidad exageradamente sexista son vistas como conservadoras o puritanas, y dichas actitudes no calzan muy bien con el correr del siglo XXI, y se exige en la pantalla chica mostrar piel como condición asumida por el medio.
El culto al cuerpo nos ha acompañado en occidente desde los antiguos griegos, especialmente el cuerpo de la mujer.  Sin embargo, los medios de comunicación de masas, especialmente la televisión y actualmente internet han amplificado este “culto” a la esfera planetaria, moldeando y disciplinando a las personas.  En tiempos de Facebook, las fotografías y videos de personas de la farándula fluyen por el ciberespacio las 24 horas y los 7 días de la semana.  Las redes sociales dan cierto sentido de cercanía con conductores televisivos por lo que los comentarios de las personas ejercen cierta influencia especialmente en los más jóvenes de la TV.  La sobreexposición pronto cobra su cuota y jóvenes mujeres ven pasar sobre su vida verdaderas “tormentas”.
Este culto levanta a personas a categoría de estrellas a actores, comunicadores, deportistas quienes son celebrados y honrados.  Las posibilidades de caer en desgracia son permanentes y como dice el dicho “mientras más alto más grande es la caída”.  Un ejemplo de caída desde el cielo de las estrellas fue el futbolista Arturo Vidal que en plena Copa América choco su automóvil en evidente estado de ebriedad.  A pesar de los múltiples apoyos, la condena fue muy masiva y mediatizada.

Sin embargo el caso del comunicador Jean Philipe Cretton y su polémica barba hípster son un ejemplo de las presiones que existen sobre el cuerpo mediatizado de los “rostros” televisivos[2]. Para cerrar el tema dejamos aquí un testimonio interesante de una de esas mismas figuras planteando su caso por Twitter:
"No debiese ponerme grave con un tema tan - supuestamente - frívolo, pero dada la majadería de algunos pocos, creo que amerita mayor reflexión.
Mi trabajo está en las comunicaciones, por eso, estoy sujeto a que ustedes, con razón lo juzguen y evalúen, porque es público.
Mi pega la hago con cariño, dedicación y pasión.
Cuando usted siente que tiene potestad de decidir como yo debo lucir ante usted, no hace más que relativizar mi trabajo y obligarme a parecer un pedazo de carne acéfalo, estéticamente digerible, para estar en la norma social que usted cree pertinente.
Peleamos por una sociedad más inclusiva, respetuosa y justa. Si usted considera que por aparecer en la tele, no debiese ser como soy y verme como usted manda, entonces, retrocedemos en el tiempo y todas nuestras batallas pierden sentido.
Si mi look no es de su agrado, agradecería reservara sus comentarios, ya que en nada contribuyen a mi realización personal y profesional.
Opinemos menos del resto y preocupémonos de ser mejores.
Con cariño se despide, un barbón tatuado, que da la casualidad, es conductor de programas en televisión"
Las críticas a su imagen "alternativa" en los medios de comunicación

Estudio: "Valor de un rostro" de Adimark GFK


[1] Las etiquetas que reciben estas personas destacadas en los ambientes faranduleros son variadas: “Rostro”, “Figura”, “Estrella”, “Astro” y los un poco más antiguos diva, galán.  En un sentido colectivo se habla en los setentas y ochentas  del “Jet set” y hoy de la “Farándula”.
[2] De una forma sútil Radio Bío-Bío lo plantea como un “atrevimiento” de parte de Jean Philippe Cretton. “La larga barba del comunicador ha despertado todo tipo de comentarios en las redes sociales. Mientras algunos defienden su atrevimiento, otros le piden que la corte.  En un primer momento, el mismo animador se burlaba de su look, incluso publicó una imagen de su antes y después, pero al parecer los comentarios y bromas sobre su imagen dejaron de parecerle graciosos”.

jueves, 18 de junio de 2015

La Batalla por el cuerpo. Consumo, género y poder


“Cuando la confesión no es espontánea ni impuesta por algún imperativo interior, se la arranca; se la descubre en el alma o se la arranca al cuerpo.”
(Michel Foucault)
Nuestra existencia humana es inimaginable sin nuestro cuerpo, y sin embargo durante las experiencias cotidianas demostramos con los actos que tenemos actitudes hacia él que van desde el olvido hasta el desprecio y el odio.  Por ello es que partimos de la idea de una batalla por el cuerpo, el que es un verdadero “champs de bataille”.
El cuerpo no es solo un complejo biológico, sino que además es social. Desde que nacemos el cuerpo en desarrollo es intervenido por la cultura.  Las soluciones a cuestiones tan esenciales como la alimentación o el abrigo varían de sociedad en sociedad y de época en época.  Hablar del cuerpo implicar pensar en la vestimenta, la sexualidad, en los sistemas de castigos, en los trastornos alimenticios o  la joyería, una gama muy amplia de problemáticas y aun así no ha tenido mucha preocupación sobre él en los estudios académicos. Michel Foucault es parte del cambio de enfoque donde el cuerpo se vuelve epicentro de la discusión teórica (“Vigilar y Castigar” e “Historia de la sexualidad”)
Si hacemos un poco de historia no hay que extrañarse que tal descuido pueda historiarse en los orígenes mismos del mundo occidental. Nuestro conocido filósofo griego Platón (427 – 347 a.c.) plantea la existencia de un dualismo (cuerpo y alma) donde el cuerpo es cercano a las necesidades y preocupaciones mundanas y el alma representa lo elevado.  En última instancia el cuerpo actúa como un impedimento del alma, es su cárcel. Esta particular visión platónica del cuerpo es transmitida por la Iglesia católica, que identificará al cuerpo con el pecado.  Esta doctrina evangelizará a América vía conquista-colonia española y portuguesa.
La modernidad como proceso emancipador de las costumbres del pasado, no logra superar las ataduras que represento la Iglesia y sus doctrinas en relación al cuerpo y el pecado.  El Estado asume el disciplinamiento de las masas y los aparatos a cargo de ello son la Escuela y el Ejercito (Althusser).   Habría que agregar que el trabajo también.  O sea que nuestro cuerpo si bien ve disminuida la presión de la Iglesia sobre él, ve aumentados las “estructuras” que lo utilizan como campo de batalla discursivo.
No es extraño ver como los cuerpos son espoloneados en la escuela a través de la gimnasia, en el trabajo por la “racionalidad” de los movimientos (Frederick Taylor, Henry Ford) y en el ejército con las marchas y los entrenamientos.  Quizás la última gran exaltación –no por ello disciplinamiento y control- fueron las concentraciones nazis y las Olimpiadas de Berlín en 1938.  De cierta forma, el mundo posguerra se rebela ante todo esto en sus diversos movimientos sociales.  Una reivindicación actual sobre el derecho a que la mujer decida sobre sí misma en el caso del aborto o la lucha de las minorías sexuales son proclamaciones de cuerpos autónomas más allá del Estado, la Iglesia y otras estructuras de poder.
La batalla no ha finalizado, es muy temprano para pensar que el retroceso de dichos centros de poder no den paso a otras formas de poder, como el mercado (Acoso laboral) o simplemente los pares (recordemos el énfasis microsocial de fenómenos como el bullying, la anorexia, la bulimia,).  Al final, en este mundo llamado  posmoderno por algunos, falto de certidumbres y multiplicado en riesgos, el cuerpo se ve tensionado especialmente por el si-mismo, el ego.  Aquí es donde el consumo, un elemento que la mayoría no identificaría con el control social, disciplina a la masa en sus gustos a partir de la oferta de modas y de estilos accesible para quienes pueden pagar.

La moda, lo sabemos desde los tiempos de George Simmel, son los gustos de la clase alta que permeabilizan a las otras clases sociales.  El acceso a “estar a la moda” tiene un coste monetario y dichos estilos se cristalizan en una puesta en escena a través de los cuerpos.  La lucha de la identidad se expresa en vestuarios, accesorios, marcas que sean visibles para los otros.  En mundo que se mueve a alta velocidad, la “puesta en escena” de la identidad permite conocer al otro sin realmente conocerlo.




domingo, 14 de junio de 2015

Maldita Moda


"La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero."
(Coco Chanel)

Tres elementos esenciales se combinan en la moda como prácticas culturales de las sociedades occidentales: la estética, el tiempo y el dinero.
Las sociedades han construido ideales estéticos porque todas de una manera u otra han reverenciado la belleza.  Sin embargo, “¿qué es bello?” debe ser contextualizado en un momento y lugar, pues dichos patrones de belleza han variado con el correr del tiempo.  En relación a la actualidad, algunos de esos patrones básicos son la imagen juvenil (algo así como la eterna juventud), la delgadez como estructura corporal y los estereotipos occidentales-globalizados (gustos que remiten a iconos culturales estadounidenses y europeos).



En cuanto al dinero no parece  muy distinto a otros tantos productos entregados al mercado del consumo (procesos fabriles, publicidad, sistemas crediticios, bodegajes, transporte, etc.), donde la cantidad de dólares que se mueven son gigantescas, y la ideologización de los productos se promueven gracias a la publicidad y los medios de comunicación.  Como nunca la publicidad busca persuadir por todos los medios.
En el relación al tiempo, la moda sufre profundamente de fecha de término.  Las prendas de vestir, están construida de tal forma que para el próximo año se vean extemporáneas y con el correr de los años cada vez más anacrónicas e incluso ridículas.  Ya sea por el cambio de colores, telas y texturas, todo va cambiando de temporada en temporada, y aun así algo permanece,  lo barroco de los gustos del siglo XXI.
Estos tres elementos (lo estético, lo temporal y lo pecuniario) se combinan para dar, en manos de un diseñador las mercancías de temporada. Si observamos cualquier prenda, por ejemplo un pantalón de mujer, este va variando con los años. Por ejemplo la cintura del pantalón se dinamiza con los años pasando de un corte a la cadera o la cintura, si es mezclilla tradicional, de color, desgastada, estampada o decolorada, pierna recta o ajustada, con bolsillos o sin ellos, costuras o no a la vista, etc. El vaivén de estos elementos va constituyen agrupaciones particulares que se van entendiendo como estilos al combinarlos con ciertas prendas.
Seguramente, algún lector recatado sentirá lo superfluo de la moda.  Sin embargo, no tiene nada de superfluo.  La moda y el diseño asociado, es un producto de la cultura material de una sociedad por lo que los estilos “de moda” están en concordancias con otros productos culturales como la música, las artes visuales, el cine, la literatura, la filosofía y aunque parezca extraño, la política.
Un ejemplo claro de esto último se puede visualizar en la ropa utilizada durante la revolución china.  El uso del uniforme militar y el uniforme obrero-campesino no solo son una solución a bajo costo del problema de vestir a un pueblo de millones de personas, sino que a la vez es un acto discursivo.  La uniformidad en el vestir se ha utilizado en distintos lugares y momentos del siglo XX.  Ya fueran los estilizados uniformes de las SS nazis, o las camisas pardas de los seguidores de Mussolini, la ropa ha dado identidad y sentido de pertenencia a los más diversos movimientos políticos y sociales, integrando y también diferenciando.
La moda es algo volátil, por lo mismo parece ser tan propia de tiempos fugaces como los nuestros.  La ropa va adquiriendo un sentido cada vez más desechable, y por lo mismo disfrutamos de tener una “prenda favorita”.  Palabras como “Avance de temporada”, “Liquidación”, “Remate”, “Sin interés”, y otras tantas son parte del lenguaje técnico de ir de compras, siempre amenizados por los estilos de moda. 

La moda femenina es la más fugaz de toda, pues de cierta forma el cuerpo de la mujer es un campo de batalla para el poder y la ideología.  El control sobre ellas se ejerce en un consumo de vanguardia y mucho más exigente que el masculino.  Sin embargo, los hombres comienzan tentarse por disfrutar de la moda y placer que puede ejercer las compras y el “vitrinear”, aunque a muchos no les gustará de confesar eso.
Extractos de Victimas de la moda de Guillaume Erner
Instituto de Sociología de la Moda
Pagina12 Las teorías de la moda
Revista-catalogo One Book

lunes, 8 de junio de 2015

Hacia un nuevo pacto social


El mes de Mayo de 2015 ha significado una nueva efervescencia social. Las calles de Santiago, Valparaíso, Concepción y otras ciudades han visto nuevamente a los estudiantes y los ciudadanos marchar por la educación y otros temas. Se han movilizado profesores, trabajadores de las aduanas y el gremio de salud se encuentra alerta.  Las demandas de lo real vuelven a tener urgencia.
Sin embargo, el marco general de estos hechos es aún más complejo.  No sólo aparecen en el horizonte social demandas aisladas e inconexas, es un modelo de sociedad que hace agua. Es un avanzar hacia “no sabes dónde, ni por qué”.
Marzo de 2014. Asumía el mando Michelle Bachelet, y por segunda vez.  Si bien es electa con un alto porcentaje de los votos, pena sobre sus hombros la baja participación.  Los slogans de campaña no impactan a los chilenos y todos saben que es carrera ganada.  Es un triunfo que huele a decepción, y en general la reconversión de la Concertación en Nueva Mayoría no produce encanto ni épica.  Algunos bromean llamándola “Nueva Pillería”.  La desconfianza en los políticos está latente.
Bachelet se propone en sus primeros 100 días demostrar que hay un programa de profundas reformas -ha llegado el momento de los cambios estructurales- hay amenazas de pasar la retroexcavadora a aquellos que quieran impedirlo. Los primeros choques entre Gobierno y oposición parecen demostrar que hay entusiasmo y confianza de parte de aquellos que no están conformes con lo que entrega el modelo, las discusiones sobre la reforma tributaria y educacional, afrontan el dilema si habrá o no reforma laboral. Y los dimes y diretes aumentan, hasta que la Nueva Mayoría comienza demostrar que no todos están convencidos y se producen las primeras distancias, quitadas de saludos y sonrisas de dientes de león.  Poco a poco, la orquesta pierde su sonido común, y algunos instrumentistas desean ganar protagonismo.
La primera reforma aprobada es la tributaria, y no deja de sorprender que tan reforma no es, que principalmente afecta a la clase media y de gravar a las grandes empresas hay poco. ¿Y qué diablos era eso del FUT?
El ritmo acelerado del gobierno se va perdiendo con los meses, esos movimientos agitados pro reforma dan paso a discusiones y alegatos confusos y desordenados, la gente común poco entiende y parece vivir un recogimiento hacia su vida privada como tantas veces ha ocurrido estos últimos 25 años.  Con el alejamiento de Piñera de la Moneda, se había perdido ese elemento aglutinador que invito a tanto chileno o chilena a cuestionar o simplemente reírse del poder y las piñericosas.  La realidad del 2014 fue más fría hasta que apareció la discusión sobre la educación, y ni tanto.
Marzo de 2015, se destapa la olla de grillos.  Son procesados los ejecutivos de Penta y de pronto el ambiente político arde. Aparece el concepto de boletas ideologicamente falsas y el fantasma de la corrupción a pasearse por las grandes alamedas.  La UDI es la más afectada esos primeros días, hasta que Sebastián Davalos cae, y la presidenta nos informa que se entero por los medios de comunicación de la tristemente famosa historia de CAVAL.
Es necesario confesar que es difícil seguir una historia con tanta sigla, que SQM, que UDI, que SII; en fin todo un proceso legal que vuelve a los ciudadanos a reaccionar de su tedio, que los saca de su rol de clientes-consumidores y los vuelca a la arena política.  El modelo hace agua ya hace años, pero solo hoy nos atrevemos a decirlo en voz alta.
Es por ello que Chile debe transitar hacia un nuevo Pacto Social, son los ciudadanos los llamados a ponernos de acuerdo de cómo queremos que el país se desarrolle.  Es el ejercicio de discutir cómo debe ser nuestro futuro como sociedad, ya que el presente sigue siendo un producto gris  de la larga sombra de la dictadura, es el trago amargo que se nos repite de tanto en tanto.



Construir un nuevo pacto implica responsabilidad y participación.  Cuestiones que están al debe en las prácticas ciudadanas actuales.  Si bien, la utilización de marchas y mitines políticos en la actualidad nos ha despertado de la siesta provinciana, estas parecen más llevadas por un espíritu reactivo que reformista. Algunos lo han entendido muy bien y se comienzan a organizar para derribar la Constitución del 80, de características ilegitimas en lo fundacional y legitimada lamentablemente por la exconcertación.
Y es que del Pacto que hablamos, en un sentido de contrato rousseauniano, es lo esencial para el desarrollo republicano.  No hay democracia sin participación, y si los políticos no quieren entender eso la crisis se ira haciendo cada vez más profunda.  La soberanía popular es piso para construir sociedad y Estado, sin embargo en Chile siempre han existido argumentos restrictivos para limitar la participación social y política de sus ciudadanos, desde el “Peso de la noche” portaliano, hasta la “democracia de los acuerdos” de la vieja concertación.

El momento de hoy, en crisis y desconfianza es el momento proposición para recomenzar, refundar los pactos sociales que nos lleven un país igualitario, libre y fraternos en este siglo XXI.


viernes, 8 de mayo de 2015

La ciudad mágica.

La narrativa latinoamericana de mediados del siglo XX estuvo fuertemente influida por la corriente del "Realismo mágico", dicha corriente contaba situaciones verosímiles pero mezcladas con sucesos extraordinarios y como son percibidos por los personajes como hechos normales.  Claramente esta producción literaria se relaciona con los diversos procesos de modernización que viven los países latinoamericanos y el alejamiento y perdida de las antiguas tradiciones centenarias de las sociedades precolombinas.  Muchas cosas comienzan a cambian en estos países y los mitos y leyendas resuenan desde la lejanía.
                Dichos procesos de modernización no se desarrollan simplemente por la tendencia de las naciones hacia el progreso.  Los proyectos modernizadores son de raigambre capitalista y en varios casos también autoritarios, lo que los une a circunstancias muy violentas, a veces de características surrealistas.
                Al igual que Macondo, nuestras viejas ciudades, muchas de ellas rurales, aisladas y empobrecidas, se van transformando por la impronta modernizadora y las antiguas creencias comienzas a desvanecerse, a borrarse.  Sin embargo en los barrios más periféricos el sentido normativo no logra alterar del todo las creencias no oficiales.  Sobreviven prácticas, creencias y actitudes tan pretéritas que pueden ser rastreables hasta los habitantes prehispánicos.
                Es en los sectores lindantes de las ciudades donde a pesar del orden urbanístico, las creencias populares circular libremente.  Allí aparecen diversos oficios que por ejemplo chocan con la medicina oficial, ellos son las hierbateras, los componedores de huesos, las meicas, etc.  Allí también los cantores practican música ya casi olvidada y los artesanos bordan sueños del pasado.
                Es a esta pluralidad discursiva a lo que le denominamos "La ciudad mágica", a los espacios donde se desarrollan a través de la oralidad creencias no oficiales -que se entremezclan con el pensamiento mágico-, y que van más allá de la racionalidad occidental (tampoco la excluyen) y nos adentran en un mundo mágico y simbólico.  Porque aquellas historias no son solo cuentos simpáticos y pintorescos.  Son en primer término resistencias en el pensar.  Las creencias mapuche han llegado a nuestros días por quienes cuidaron ese tesoro, le dieron uso y también lo desarrollaron, a pesar del poder político y el de la Iglesia oficial.
                La ciudad mágica es, no solo el espacio geográfico donde habita el hombre, sino el territorio imaginado y soñado donde se tejen estas creencias y resistencias discursivas.  Estas creencias son especialmente fecundas cuando del mal se trata.  Ellas reflejan todo un imaginario social, donde la maldad se encuentra sospechosamente en las riquezas y en el poder.  Son los sectores populares dando una crítica, a veces velada o otras abiertas, a los poderosos de la sociedad.  Uno de estos elementos es el oro que aparece asociado directamente al diablo y en otras historias a los bienes efímeros, como en las relatos de los entierros.


De la ciudad real a la ciudad mágica
                Las ciudades chilenas son en su mayoría producto del proceso de colonización hispánica en estos apartados territorios sudamericanos.  Por lo mismo es un "nuevo orden" el que se impone en estos lares. No solo es un nuevo orden político-legal, sino especialmente social, cultural, y porque no decirlo psicológico.
                Dicho orden significará enaltecer el Orden hispánico (a la larga occidental) por sobre un orden indígena (fuertemente mapuche, pero también de otras comunidades más).  Es la constitución lenta, pero progresiva, de lo Moderno sobre lo tradicional.
                Al fundar la ciudad, dicho orden sale de lo ideal para ser parte de lo real, y la racionalidad occidental se transforma en línea recta, o sea en calles, avenidas y luego en edificaciones.  Es una materialidad que refleja el discurso de dominación.  La ciudad vuelve a los simples habitantes de un sector súbditos del Rey y fieles a la Iglesia católica.  La plaza de la ciudad se vuelve el punto central del nuevo orden, y allí podemos encontrar las principales instituciones. Las autoridades políticas (Cabildo, policía) y las religiosas (la Iglesia).  Jerarquizando el espacio desde la plaza, los solares más cercanos a ella se distribuyen entre los vecinos más connotados y gradualmente el status social desciende con las características de la propiedad de la tierra.
                La alianza político-religiosa  estructura el espacio fuera de la ciudad en búsqueda de extender su hegemonía hasta los más recónditos parajes.  Las encomiendas cumplen una función productiva, pero también de control.  El indígena es reducido al otro lado del río Bío-Bío.
                El camino real va hilvanando las pequeñas Villas que poco a poco se van constituyendo en ciudades. Los primitivos medios de comunicación, serán superados por nuevos medios que irán aumentando la velocidad y reduciendo las distancias.
                En este contexto el pensamiento mágico de las poblaciones indígenas dominadas van quedando atrapadas a los espacios periféricos de las ciudades y a los sectores rurales donde se van constituyendo las poblaciones campesinas.

                Todas las creencias anteriores a las hispánicas y que gozaron de mucho prestigio, comienzan a ser mal interpretadas por el poder y llegan a ser prohibidas y sancionadas. Eso no significa que desaparezcan, sino que se escabullen "por aquí y por allá", sin una iglesia oficial, el pensamiento religioso sobrevivió con ciertas adaptaciones  hasta nuestros días.

martes, 5 de mayo de 2015

La Sociedad del entretenimiento. Los deportes globalizados.

El sábado 2 de mayo se realizó la "pelea del siglo" entre los boxeadores Manny Pacquiao y Floyd Mayweather.  La pelea realizada en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas prometió demasiado para los resultados que se pudieron observar en Chile a través de TVN.
Según lo comentó El Clarín, "De hecho, en Estados Unidos, de la llamada "Pelea del Siglo" ya nadie habla, y si lo hacen es para decir que después de lo que vieron en el cuadrilátero y el dinero que tuvieron que pagar por seguirla a través de la televisión (100 dólares por conexión), se trato del "Robo del Siglo".  Así nuevamente, el deporte se vuelve simple espectáculo -no olvidar la ciudad donde se realizó el enfrentamiento- y queda en deuda con la audiencia planetaria que la siguió.
El problema no está en proyectar vía satelital una pelea de box, hace sólo tres meses se jugó el Super Bowl en New England Patriots y Seattle Seahawks que es el partido final de la temporada.  El partido fue transmitido por NBC para los Estados Unidos y también tienen la señal por cable.  Las cifras por publicidad en el partido fueron millonarias.
No es necesario ir tan lejos, el caso del fútbol chileno también moviliza cuantiosas sumas de dinero.  Los clubes deportivos se transformaron en Sociedades anónimas deportivas hace ya 10 años, a través de la ley 20.019, y se perdió algo más que el nombre.  Las entradas a los partidos han subido de precio y el negocio televisivo del  Canal del Fútbol (CDF) ha ido creciendo.  El aumento de los abonados a CDF premium han aumentado entre el 2003 y 2010 un 1755%, pasando de 30 mil a 540 mil abonados.
Y las cifras aumentan no sólo con las entradas ni abonados a la TV Cable, los sponsors en el camiseta deportivas y el merchandinsing de los "equipos grandes"  hacen del fútbol un buen negocio del entretenimiento.

El capitalismo global ha moldeado las formas en cómo se practica y se observa el deporte y moviliza a las masas a través de las modas.  La moda más actual es la del running y las distintas maratones que se están realizando en Chile, a pesar de las convocatorias multitudinarias en la maratón de Santiago los rendimientos dejan mucho que desear, pero el negocio ¡va bien!

Globalización y creación del Deporte Moderno
CDF: Cómo se reparte el “botín” más preciado del fútbol
El Clarín: La pelea del siglo y de la polémica

jueves, 30 de abril de 2015

Una selección, no de fútbol, sino de los principales pensadores contemporáneos...

La necesidad de ir actualizando la discusión teórica nos lleva a ir  investigando a los autores que sirven de referencias al pensamiento social del siglo XXI.  Sin embargo, la posición periférica de Chile- en particular- y Latinoamericana -en general-, nos complica aun mas para conocer lo que hoy está en discusión.
Esta "posición" produce otro problema.  Los autores latinoamericanos nos son especialmente desconocidos para nosotros los chilenos, e inclusive los autores nacionales también lo son.  Vivimos, en términos académicos, más conectados con los centros reflexivos europeos que con los de nuestros vecinos.  Para superar el primero de estas encrucijadas es que proponemos esta "selección" de los pensadores actuales globales.  En una próxima entrada ordenaremos los pensadores latinoamericanos.
Se han seleccionado 21 autores, de los cuales solo 3 son mujeres, lo que demuestra que en términos intelectuales estamos lejos de alcanzar una igualdad de reconocimiento académico.  En términos de países son: 1 polaco, 1 esloveno, 1 italiano, 1 inglés, 1 finlandés, 1 español, 1 argentino,  1 danesa, 3 estadounidenses, 4 alemanes y 6 franceses. Resumiendo 17 europeos y 4 americanos.

Para la reunión de tales nombre se utilizó como referencia el libro Sociología de Giddens (en su quinta edición) y complementado con lecturas actuales. Como criterio se utilizó que estuviesen vivos al 2014, que su fecha de nacimiento no fuera inferior a 1940, y sino que al menos estuvieran activos intelectualmente con escritos actuales.
Detalle que salta a la vista, el autor más joven es apenas Sub 50.  Claramente, la renovación con una nueva generación de intelectuales es un vacío gigante.  Explicaciones para la alta edad de estos autores es una cuestión compleja de resolver.  Algunos autores -como Giddens- son superventas en el mercado de textos académicos, eso quizás sea un elemento desmotivador para ir aumentando la lista con pensadores más jóvenes, siempre que las editoriales tienen como primera decisión el  margen de ganancia. Otro factor podría ser el idioma, pues en Chile no leemos los autores en su propio idiomay eso nos obliga a esperar las traducciones, demorando el proceso de reconocimiento de los autores más noveles. 




Sin más, he aquí el listado:
  1. Zigmunt Bauman
  2. Elizabeth Beck
  3. Ulrich Beck
  4. Luc Boltanski
  5.  Judith Butler
  6. Manuel Castells
  7. Francois Dubet
  8. Anthony Giddens
  9. Pekka Himanen
  10. Ernesto Laclau
  11. Bruno Latour
  12. David Le Breton
  13. Claus Offe
  14. Erik Olin Wright
  15. Jeremy Rifkin
  16. George Ritzer
  17. Saskia Sassen
  18. Loic Wacquant
  19. Gianni Vattimo
  20. Michel Wieviorka
  21. Slavoj Zizek
Monty Phyton: International Philosofy football
Columna: Eduardo Galeano el intelectual y el futbol

martes, 28 de abril de 2015

Sociología latinoamerica: Julio Godio (1939 - 2011)

Fue un sociólogo e historiador argentino, especialista en Sociología del trabajo y de los movimientos obreros y sindicales.
Estudió filosofía, sociología y economía en la Universidad de la Plata, destacando en investigación y en una intensa actividad periodística.



Fue un infatigable escritor, muy productivo.  Entre sus obras destacan:
El movimiento obrero argentino (1880 - 1990).
El mundo en que vivimos.
Sociología del trabajo y la política.
La sociedad del trabajo: una utopía realizable.

Historia del Movimiento Obrero Argentino. Tomo 2.
Entrevista a Julio Godio.
Programa frente a todos

Sociología latinoamericana: Ernesto Laclau (1935 - 2014)

Teórico político argentino frecuentemente vinculad con el pensamiento post-marxista.  En su juventud fue ayudante del sociologo Gino Germani y posteriormente creador de la materia Historia Social en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Su texto más conocido, Hegemonia y estrategia socialista -escrito junto a Chantal Mouffe es considerado por algunos como fundacional para el pensamiento postmarxista.



Entre sus obras destacadas:
Hegemonía y estrategia socialista.
La razón populista.
Debates y combates.
Misticismo, retórica y política



Libro: Hegemonía y estrategia socialista
Libro: La razón populista
Diario La nación (Argentina)

Sociología Latinoamericana: Octavio Ianni (1926 -2004)

Octavio Ianni fue un destacado sociólogo brasileño, que en las ultimas décadas se hizo conocido por sus análisis y criticas a la globalización.  Perteneció a los primeros grupos de sociólogos brasileños formados bajo la influencia de Florestan Fernandes en la Universidad de Sao Paulo,demostrando un estilo particularmente critico.
Antes de sus estudios sobre globalización escribió sobre el populismo y el imperialismo.
"Ianni se dedicó intensamente a los problemas de la globalización, y sus textos cobraron importancia dentro de Brasil pero también en los demás países de la región. Debe subrayarse que Ianni ha sido un pionero en el estudio y la crítica de la globalización; sin duda lo fue en América Latina ya que ofrecía agudos análisis desde fines de la década de 1980, lo que a su vez certifica que también lo fue a nivel internacional, en tanto en aquellos tiempos la temática de la globalización apenas comenzaba a constituirse" (Eduardo Gudynas)


Entre sus libros se destacan:
  • A Sociedade Global
  • Teoría de la Globalización
  • La era del globalismo
  • Enigmas de la modernidad-mundo.